Cecil Hynes: más de 71 años

Redacción
Crítica en Línea
La carpeta con el nombre "Cecil F. Hynes" que reposa en el Departamento de Recursos Humanos de la Comisión del Canal de Panamá da un fiel testimonio de la historia laboral de este empleado: En 71 años y medio de trabajo nunca ha faltado... nunca. Desde aquel 1de junio de 1928, han sido 18,291 días de trabajo arduo y aún no piensa en jubilación. "Saldré sólo si me aplican la Ley Faúndes", comentó -con una amplia sonrisa- el empleado más antiguo del Canal. Cecil Haynes nació el 7 de agosto de 1913, en Gatún, provincia de Colón. Inició sus labores en el Canal, a los 14 años, porque tenía cinco hermanos y quería contribuir con el sustento familiar. Su salario era de B/. 22.50 mensuales. Siempre tiene presente el esfuerzo que su padre, un antillano de Barbados que llegó a Panamá en 1904, dio para la construcción del Canal. Relató que su padre le dijo "hemos hecho una obra maravillosa, con nuestras manos y quiero que sepas que deben mantenerlo, conservarlo y cuidarlo siempre, porque allí dejamos nuestro trabajo, sudor, recuerdos y hasta nuestra sangre". Igualmente recuerda la atención de su madre, una maestra de la isla de Santa Lucía que llegó a Panamá en 1905. Mi mamá me enseñó la importancia de la decencia, honestidad, el respeto al prójimo y la responsabilidad familiar y laboral. "Como era maestra se encargó de educarme al terminar mi último año del colegio", cuando cursó el octavo grado en la escuela Normal de La Boca. Allí, en La Boca conoció a Margarita, en 1941. Ahora tienen 58 años de casados. El año pasado unos de los remolcadores de las esclusas fue bautizado con su nombre y Margarita Haynes fue la encargada de romper la botella de champaña en la máquina. Las felicitaciones por su labor han sido muchas, entre las cuales está la del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton. También recibió la llave de la ciudad de Panamá y la condecoración "Belisario Porras". Confesó que en 1977, cuando se firmaron los Tratados Torrijos-Carter, nunca pensó que tendría un papel protagónico durante la reversión de la vía acuática. Ahora tiene su agenda llena con invitaciones, entrevistas y condecoraciones. Hasta protagonizó un comercial de Coca-Cola, alusivo a la transferencia del Canal. C. L. Usted nació en la antigua Zona del Canal y es hijo de inmigrantes antillanos. ¿Se siente panameño, estadounidense o antillano? C. H. Yo me sentí un hombre sin país durante algunos años. Nací en lo que era la Zona del Canal, específicamente en Gatún, provincia de Colón. Cuando nosotros creíamos que eramos ciudadanos americanos, ellos [los estadounidenses] nos decían que no lo eramos, porque habíamos nacido en territorio panameño. Ellos decían que la Zona del Canal era suya y estaba bajo su bandera, sólo por conveniencia, porque los que nacíamos allí no eramos considerados americanos, aunque legalmente sí podíamos serlo. Mientras que los panameños decían que nosotros no eramos ciudadanos panameños, por haber nacido en la Zona y ser de ascendencia antillana. Y por otro lado, Inglaterra, que ejercía dominio en Barbados y Santa Lucía [islas donde nacieron su padre y su madre, respectivamente] tampoco nos quería como ciudadanos suyos. En ese momento pensé: no tengo país. Pero recuerdo que el presidente Arnulfo Arias dijo que las personas que nacían en la Zona podían escoger la nacionalidad panameña al cumplir 21 años, porque él sabía que eramos gente sin país. Entonces, cuando cumplí 21 fui a declara que quería ser panameño y me siento un panameño legítimo, patriótico y nacionalista. C. L. ¿Siempre fue un empleado eficiente o lo amonestaron alguna vez por cometer alguna falta? C. H. El récord de Cecil F. Haynes, que reposa en Recursos Humanos, dice que en 71 años de labores nunca he faltado, ni llegado tarde. Así ha sido desde que comencé a trabajar en el Canal, el 1 de junio de 1928. Inicié mi trabajo, a los 14 años, como mensajero interno y repartía cartas entre los escritorios, sacaba punta a los lápices en el Depósito de Mercancías para Mantenimiento del Canal, y nunca he recibido una amonestación. Sin embargo, si he recibido ascensos, porque luego fui oficinista y ahora soy gerente de Compras de Mantenimiento. Cuando he estado enfermo, el cuerpo me dice quédate en casa, pero me levanto temprano y voy a mi trabajo. También pasa a veces en la mañana, me dice el cuerpo, quédate un poquitito más en la cama, pero me digo tienes que trabajar para el Canal y me paro y me voy. C. L. ¿Cómo fue la niñez de Cecil Haynes? C. H. Difícil. Mi papá trabajó en la construcción del Canal, fue uno de los miles de trabajadores que con sus propias manos, y usando picos, palas y machetes, abrió zanjas y sacó tierra para que ahora puedan pasar los barcos. Nací en Gatún y nos mudamos al sector de La Boca, cuando tenía tres años. A La Boca sólo mandaban a los antillanos, porque allí llegaban los barcos para abastecerse de carbón, porque en ese tiempo eran a vapor. El aire de La Boca y todo ese lugar estaba negro, por el carbón y los americanos no querían estar allí, aunque era un lugar bien ubicado.
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C. H. Difícil. Mi papá trabajó en la construcción del Canal, fue uno de los miles de trabajadores que con sus propias manos, y usando picos, palas y machetes, abrió zanjas y sacó tierra para que ahora puedan pasar los barcos. Nací en Gatún y nos mudamos al sector de La Boca, cuando tenía tres años. A La Boca sólo mandaban a los antillanos, porque allí llegaban los barcos para abastecerse de carbón, porque en ese tiempo eran a vapor. El aire de La Boca y todo ese lugar estaba negro, por el carbón y los americanos no querían estar allí, aunque era un lugar bien ubicado.
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