La verdad no se puede ocultar por siempre. Eso fue lo que les sucedió a los gremios transportistas, quienes habían argumentado que estaban más unidos que nunca, pero que ayer demostraron que las claras divisiones entre la dirigencia y las bases es marcada.
Entre gritos, empujones, insultos de traidores y asalariados del gobierno, los directivos de la Cámara Nacional del Transporte (CANATRA) anunciaron que el cacareado llamado a paro para hoy no fueron más que amenazas, ya que el mismo fue descartado por sus máximos dirigentes.
Una vez más, los expedientes de los dirigentes fueron la comidilla en la reunión a puertas cerradas que hicieron dirigentes y bases. Después de hora y media de reuniones, el primer conato de inconformes salió dando gritos de que no iban al paro y que se estaban tomando decisiones inconsultas.
Los primeros en salir fueron Alberto Ortega, un ex-candidato en las primarias del PRD a la Alcaldía de San Miguelito (1999), y el dirigente de la piquera de Torrijos-Carter, Luis Chacón, a quien sus colegas transportistas acusan de estar emplanillado con el gobierno de turno.
Estos argumentaban que "el paro no va, porque es mejor entrar al diálogo". Después de matraqueos y un llamado de atención de una dirigente que les gritó: "los trapos se lavan en casa", el grupo, que acompañaba a ambos, volvió a la reunión.
Después de unos 45 minutos de nueva espera, la avalancha de buseros volvió a salir y en esta ocasión los insultos fueron de mayor calibre, pero a través del presidente de CANATRA, Luis Rodríguez, se conoció la decisión final, y tal como se sabía desde horas de la mañana, era que el llamado a paro se había levantado.
Pero a pesar que la mayoría de los dirigentes de la capital y La Chorrera hablaban de la suspensión de la medida anunciada el pasado jueves, las bases conformadas en gran parte por quienes manejan los buses a diario, se mostraron contrarios a la decisión asumida.
Hugo Polo, uno de los dirigentes que mantuvo su posición del llamado a paro, lamentó que se haya tirado para atrás la decisión asumida en asamblea general.
Más radical fue el dirigente de la piquera de Veranillo, Mariano González, quien argumentó que ellos estaban a favor del paro, sin embargo, el gobierno utilizó su estrategia y consiguió lo que querían, como era que los dirigentes cedieran a sus intereses y suspendieran el paro.
Se conoció que en provincias como Veraguas, Chiriquí, Herrera y gran parte de los de transportistas de Colón, mantienen su posición de no prestar el servicio en el día de hoy.