El viaducto de Millau, el puente más alto del mundo, fue inaugurado ayer por el presidente francés, Jacques Chirac.
Tras recorrer los casi 2,5 kilómetros de largo de esta "obra excepcional que va a marcar la historia", Chirac saludó este "milagro de equilibrio" que sobrevuela el río Tarn, el cual une las planicies de Rouge y Larzac (centro de Francia) y pulveriza todos los récords.
Levantado en sólo tres años e inaugurado un mes antes de lo previsto, el viaducto de Millau, que en los días de niebla da la impresión de tratarse de siete veleros blancos cruzando el valle, alcanza los 343 metros, con lo que supera en 23 metros la Torre Eiffel.
En la obra han trabajado unas 3.000 personas y en la que no se ha registrado ningún accidente mortal.