La sorpresiva renuncia del jefe designado de seguridad interna, por emplear una niñera mexicana ilegal, reabrió el debate sobre los indocumentados en Estados Unidos, donde reina la hipocresía respecto al tema, dijeron expertos en migración y defensores de los hispanos.
Bernard Kerik, elegido por el presidente George W. Bush para dirigir el departamento de Seguridad Interior, que incluye el buró de aduana y migración, confesó haber contratado a una niñera por 18 meses y no pagó impuestos por ella.
La posibilidad de que eventuales terroristas entren de manera ilegal a Estados Unidos, sobre todo a través de la frontera con México, ha empujado la discusión de la reforma migratoria al tope de la agenda legislativa.