La noche en una discoteca de la localidad transcurría de lo más tranquila: un par de tragos y de vez en cuando algún sujeto con buena voz deleitaba al público con algunos temas.
Pero como no todas las historias tienen un final feliz, los tragos comenzaron a hacer sus efectos.
Aparentemente, un ciudadano de 25 años, de apellido Salgado, fue uno de los que más empinó el codo.
Según fuentes extraoficiales, ese sujeto no permitía que nadie más cantara. Él solo quería robarse el show.
Al principio, los demás participantes lo tomaban con gracia, pero luego de las impertinencias de Salgado, se fueron cansando.
Segundos después ya se había formado tremendo revolcón. Uno de los que también quería cantar, le metió un botellazo a Salgado en la cabeza.
A los dueños de la discotecas no les quedó de otra que suspender la música y trasladar al herido a la Sala de Urgencias del Hospital Santo Tomás.
Se conoció que nadie supo quién fue el agresor, ya que la botella salió volando desde el público ansioso por cantar.
Y hasta ahí la noche de karaoke.