La secretaria se pasó días pensando en el asunto. Se había convertido en un verdadero problema que hasta llegó a desvelarla. No sabía qué regalarle a su jefe en Navidad. El jefe era un exitoso ejecutivo con un buen sueldo. Ella una simple secretaria con un salario que malamente cubría sus necesidades.
"¿Qué le puedo regalar a una persona que lo tiene todo?", me dijo buscando un consejo.
Le dije que algo raro, distinto, que no tuviera mucho costo.
Vi una expresión de duda en la secretaria. Le aclaré que ella no podía aspirar a regalos costosos, que a lo mejor no llamarían la atención de su pudiente jefe.
Sugerí una artesanía, cerámica, algo para lucir en el escritorio.
Cada vez que llega diciembre hay panameños que se complican la vida con eso de los regalos.
He conocido casos de personas que se endeudan por regalarle a mucha gente, que a lo mejor ni lo agradecen.
También existen personas que "reciclan" los regalos. No los usan sino que los pasan más adelante.
Una vez una persona recibió el mismo regalo que había hecho, lo que no le hizo gracia.
Hay otros que se molestan si el regalo es de poco costo.
Escuché una vez a una dama quejarse que "esa amiga que tenía tanta plata le había regalado una chuchería, porque era truñuña".
Existen jefes que mandan a la secretaria a comprar los regalos, porque no quiere "perder el tiempo en esa actividad".
Y no les extrañe que los regalos se conviertan en un problema político.
Así le pasó a doña Mireya con los lujosos relojes y carteras a los legisladores. Esta "metida de pata política" se le recuerdan a cada momento.
Regalar no es obligación sino un gesto de buena voluntad. El regalo no vale por su costo en plata. Vale por la intención como se da.
¡Lamentablemente hay gente que no lo sabe!
Es absurdo endeudarse para regalarle a otros que tal vez no aprecien el gesto.
A lo mejor una tarjeta hecha por la misma persona demuestre la buena intención de quien regala.
Al final de cuentas, no debe Ud. preocuparse por la forma cómo reaccionarán los otros. Siempre habrá panameños agradecidos y mal agradecidos.
¡Que estas navidades no se conviertan en un terremoto para su presupuesto!