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Sin embargo, soy presa fácil para los maleantes

Redacción | Crítica en Línea

Unas 48 horas previas al Día de la Madre, estuve en un gran centro comercial ubicado en áreas revertidas. Como si la masa de personas comprando alrededor mío no fuese suficientemente densa para mí, fui a parar a la tienda por departamentos más llena de todo el mall; un almacén a pocos metros de la plaza de comidas, y que a las 3 de la tarde se asemejaba a estar en los culecos de Las Tablas.

Como buen desconfiado y paranoico que soy, pude darme cuenta de decenas de situaciones en que las personas pueden ser víctimas de los carteristas. Todas ocurrían al mismo tiempo, pero fue esta la que más me llamó la atención.

A una señora de edad madura, acompañada de tres chiquillos (a quién se le ocurre ir solo con 3 niños pequeños a un mall sin ayuda), se le ocurrió sacar su "wallet" de la cartera, y ponerse a contar la plata que le quedaba; todo frente a miles de personas que no conocía. De repente, uno de los niños intentó tomar su propio camino, lo que la hizo voltearse y gritarle "no te pierdas", mientras le lanzaba una mirada amenazante.

En ese período de 5 segundos, su mano izquierda se elevó a la vista de todos portando un wallet en el que se asomaban varios billetes de 20 dólares. Cualquiera de los que estábamos ahí hubiese podido tomar uno de esos billetes del wallet y la pobre mujer ni siquiera se hubiese dado cuenta.

Y probablemente, nadie tampoco hubiese delatado al posible ladrón. Primero, porque a la gente no le gusta meterse en problemas, y segundo, porque se trató de un acto de tal estupidez que realmente se merecía que le robaran, para que aprendiera a no ser tan boba ni ingenua.

Con esa "pendejada" andan muchos panameños en los centros comerciales. Y de ellos se aprovechan los delincuentes, que no andan con cuentos en meterle la mano a uno en el bolsillo.

Señoras y señores: si hay un momento en el que hay que ser desconfiado en la calle es este. Estamos en una temporada del año en que hay plata por todos lados: quincena, décimo tercer mes, ahorro de Navidad y bono de fin de año convergen en esta época. Y todo ese dinero está en la calle. ¿Cree que el hampa ignora este hecho?

A veces pensamos que por ser un lugar muy concurrido estamos más seguros de que nos roben. Falso. Si nos carterean en un bus, ¿cómo no van a hacernos lo mismo en un almacén con 2 mil personas caminando y estrellándose en todas direcciones?

No le facilitemos el trabajo a los delincuentes. Aférrese a su cartera y sea discreto/a.




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