La Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático de Copenhague navegaba sin rumbo en su tercer día, en medio de un claro enfrentamiento entre naciones ricas y pobres, tras filtrarse un documento del Gobierno danés respecto a un nuevo acuerdo sobre la reducción de gases de efecto invernadero.
El primer ministro danés, Lars Loekke Rasmussen, quitó hierro al texto publicado por el diario británico "The Guardian" y resaltó que la presidencia danesa no ha presentado ninguna propuesta, sino que se trata de un "documento de trabajo" o un "borrador".
Rasmussen señaló, no obstante, que si este fin de semana no se ha producido un avance significativo en las negociaciones, la presidencia danesa sí podría entonces presentar una propuesta.
El borrador elaborado por Dinamarca, que preside esta cumbre de la ONU, fue interpretado por ONG ambientalistas como Oxfam Internacional como un intento de favorecer a los países industrializados en el reparto de las cuotas de reducción de CO².
Al mismo tiempo, circulaba en la conferencia una propuesta apoyada por países emergentes y en desarrollo, como China, Brasil, la India y Sudáfrica, que defienden mantener el curso iniciado por el Protocolo de Kioto de 1997, al que se han adherido 37 países industrializados y que expira en 2012.
Precisamente, el "texto danés", como se ha apodado la propuesta, pretende tomar una nueva ruta, incluso fuera del camino fijado por la ONU, según Antonio Hill, portavoz de la ONG ambientalista Oxfam Internacional.
Los desmentidos, lejos de acallar los rumores sobre una brecha entre ricos y pobres para acometer una reducción de CO² y financiar la mitigación de los efectos causados por la contaminación de los países industrializados en el mundo en desarrollo, han reavivado las suspicacias entre ambas partes.
El delegado sudanés, Lumumba Stanislaus Di-Aping, criticó duramente el documento danés y subrayó que no hay dinero suficiente para zafarse de la responsabilidad de las emisiones de CO².
Sostuvo también que los 10,000 millones de dólares anuales prometidos hasta 2012 por los países ricos "no llegan ni para comprar ataúdes suficientes para la población del Tercer Mundo".