La tranquilidad de los moradores de la barriada de San Martín, en Pocrí de Aguadulce, fue interrumpida de manera alarmante. Una macabra noticia se esparció por el pueblo. Lo que parecía un cuerpo humano estaba metido en bolsas plásticas negras dentro del baúl del automóvil Nissan Blue Bird, de color blanco, identificado con la matrícula 183538, estacionado a un costado del mini súper 'Laow', propiedad de asiáticos.
Ante la alarma dada por los moradores, unidades de la Policía, DIJ, los bomberos y funcionarios del Ministerio Público llegaron al área. Los putrefactos olores y el remolino de moscas eran insoportables haciendo que crecieran las expectativas de que era un cuerpo humano lo que estaba en ese maletero.
La placa del vehículo está vencida. Además, no tenía las calcomanías que exigen los reglamentos de tránsito. La Policía no tardó en ubicar al propietario del vehículo, quien fue identificado con el nombre de Pascual Hernández Díaz, con cédula N-2-710-1883, de 29 años, con residencia en la barriada Matamoros.
Una vez ubicado el dueño, se procedió a abrir el vehículo y las bolsas. Vísceras estaban afuera en avanzado estado de putrefacción evidenciando descomposición, pero, ¡Oh, sorpresa! ¡Eran restos de reses!
La excusa de Hernández fue que en la noche del 8 de diciembre pretendía tirar las tripas en el vertedero de Aguadulce, pero se le explotó una llanta, además, asumió que el vertedero estaba cerrado. Finalmente decidió dejar el vehículo estacionado a un costado del minisúper. Para la Policía, esa versión no era satisfactoria, por lo que Hernández fue detenido y puesto a órdenes de las autoridades competentes. Ahora debe enfrentar investigaciones ante sacrificios de reses de manera clandestina, aunado al delito contra la salud pública.