Llega diciembre luego de meses de muchos acontecimientos que han mantenido al pueblo en sobresaltos, tanto de optimismo como de pesimismo.Poco a poco , se va definiendo el panorama político y muchos se preparan a mover sus fichas, quieren continuar manteniendo el nivel de vida pública y privada que tienen. Otros buscan mejores días...
Para el panameño común y corriente, diciembre significa gastos por las festividades de fin de año.
Es cierto que es un mes para dedicarlo al amor, la amistad y el compañerismo.
Lo malo es que eso, por lo general cuesta dinero, que es lo que no sobra en la mayoría de los hogares panameños.
Pero, no opaquemos el espíritu navideño cayendo en actitudes imprudentes que luego lamentaremos.
Por eso es conveniente repetir una y otra vez, que no se debe gastar más que lo que le persona puede.
Conozco casos de gente que se endeuda uno o dos meses por los regalos navideños. Luego se la pasan con angustias y amarguras...
Hay que insistir en que los regalos valen como una expresión de amor, amistad, reconocimiento. ¡No por su valor monetario!
Algunos creen que quedarán mejor ante jefes y subalternos con regalos costosos, que a veces no son valorados.
Eso sucede a menudo con personal subalterno de jefes pudientes, "que lo tienen todo". ¿qué regalarle a un rico?
"Lo que usted realmente pueda", contesto sin pensarlo dos veces. Estoy seguro que una persona con millones, no pensará que su subalterno lo aprecia mucho, si le da un regalo que está fuera de su presupuesto.
En estos casos recomiendo objetos especiales, raros, o artículos que ha hecho la persona si tiene esas habilidades.
Una vez una señora sin empleo solucionó el asunto haciendo tarjetas artesanales. Sus amigos sabían de la situación y nadie le reclamó ese gesto.
De eso se trata, estimados lectores. De un gesto, no de una competencia.
A veces los regalos en cantidad que recibe una persona ni los aprecia. No le extrañe que ponga a otros a revisarlos.
Lo que es peor, quien reciba muchos regalos estará tentado a "reciclarlos". Es decir, pasarlos a otras personas.
Esto puede doler pero es lógico. ¿Quién se quedará con cinco tostadoras o vajillas?
Las personas que piensan que un regalo navideño vale por lo que costó, realmente no merecen recibirlos. No saben apreciar el gesto de regalar...