Destemplado por la intrascendencia del encuentro y la ansiedad del inminente clásico ante el Real Madrid, el Barcelona perdió su primer partido de la temporada en casa ante el Shakhtar Donetsk (2-3) y cerró una racha de 20 partidos consecutivos sin perder.
El intervencionismo de Guardiola desnaturalizó al Barça porque a priori, ninguno de los titulares frente al equipo ucraniano jugará de inicio el clásico ante el Madrid, circunstancia que flotó en el ambiente durante los 90 minutos. Tampoco acompañó la afición, en la peor entrada de la temporada, ni la intensidad del rival, ya de vacaciones y con el grupo C cerrado de antemano.
El panorama inicial destensó al Barcelona, repleto de canteranos, y dejó indiferente al Shakhtar, que se limitó a recoger la invitación del rival para lograr la victoria en el Camp Nou.
Disciplinado y obligado por la efervescencia desde el banquillo de Guardiola, que no distingue entre amistosos y oficiales, el Barça se aplicó para mantener sus señas de identidad, con la línea de presión muy adelantada y el empeño de tocar con criterio. No funcionó. Bojan, Pedro y Hleb no mezclaron bien en ataque y los volantes apenas pisaron el área rival.
El Shakhtar afianzó su defensa y buscó el contragolpe, receta de cabecera para los rivales del Barça.
Al final, el 3-2 a favor del visitante fue el cierre de los 90 minutos.