"Para que una mujer tenga una buena alimentación debe existir un balance entre todos los nutrientes, carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales" afirma la nutricionista, Fanny de Cardoze.
Ahora bien, lo importante son las cantidades y de dónde provengan estos nutrientes. Los carbohidratos deben ser complejos, como es el caso de los integrales, que ofrecen mayor cantidad de fibra, y vitaminas que los carbohidratos simples o refinados, que aumentan el envejecimiento cutáneo.
Las proteínas deben ser magras (sin grasa), y frescos, preferiblemente, el consumo de carnes blancas y pescados para aumentar el consumo de Omega 3, importante para la función cardiovascular.
Las proteínas enlatadas o procesadas contiene grandes cantidades de sodio, retienen líquido corporal y facilitan la degeneración celular.
El aporte de grasas debe ser mínimo, y de ácidos grasos mono y poli insaturados (aceites vegetales).
Algo que no puede faltar en una buena alimentación es el aporte de vitaminas y minerales a través del consumo de frutas y vegetales. Estos últimos alimentos deben ser consumidos por lo menos 5 porciones diarias.
La cafeína, el alcohol y el cigarrillo envejecen inmediatamente la piel y aumentan el almacenamiento de grasa corporal.