"¡Piedreros!". La expresión en tono despectivo salió con rabia de los labios de una mujer de unas cuatro décadas.
"¿Hasta cuándo esta lucha? Ya no sabemos qué hacer con esa gente que acaba con todo lo que hay a su paso. Parecen roedores", concluyó.
Y es que en la Calle 42 de Bella Vista parece que está "el nido" de los indigentes adictos a la piedra, droga destructiva conocida como "la droga de los pobres", aseveración no tan cierta, ya que se conoce que este alucinógeno también llega a estratos sociales no tan bajos.
A un costado de lo que otrora fue el centro de reunión de la más alta sociedad: El Teatro Bella Vista, hoy toma fuerza el punto de encuentro para "piedreros".
Allí duermen, se reúnen para comer, intercambiar tal vez experiencias diarias o nostálgicas y desde allí "operan" como los grandes ladrones: se suben a los postes y acaban con los alambres del tendido eléctrico, de televisión por cable y hasta de teléfonos.
"Son roedores", insistió María Teresa, perjudicada por la acción de estos señores que en otros tiempos tal vez fueron gente de buen vivir.