CRITICA EN LINEA 

 

S E C C I O N E S

EPASA EN LINEA

PANAMA AMERICA

DIAaDIA EN LINEA

REVISTA SIETE!


primera plana

portada

al cierre

nacional

política

opinión

economía

el pueblo habla

comunidad

provincias

sport

el mundo

viva

sucesos

especiales

 


FAMILIA
  OPINIÓN


Nieblas

Hermano Pablo | Reverendo

La niebla invernal estaba espesa esa mañana. El tránsito se movía lentamente, y cada motorista ponía más atención que de costumbre. El conductor del tren que pasaba por la ciudad hacía sonar insistentemente la alarma en cada paso a nivel.

También estaba espesa la niebla en la mente de María Castañeda, madre de treinta y seis años de edad, espesa de droga. Y María iba empujando un carrito de esos en que se lleva el mercado, cuando las ruedas se atascaron en las vías del tren. En el carrito iba su hijita Crystal, de dieciocho meses.

Al ver que se acercaba el tren, la mujer no supo atinar a nada. Quedó como congelada en medio de las vías, y así estaba cuando el tren las arrolló a las dos.

Es muy serio el problema, para el tránsito de vehículos, que causa una niebla espesa. Provoca muchos accidentes de motoristas desprevenidos. Así mismo, es serio el problema que causan la niebla del alcohol y de la droga en el cerebro humano. Los testigos de aquel accidente dijeron que la mujer tuvo tiempo para salvarse, de haber estado en posesión de sus facultades.

Hay muchas nieblas que ofuscan y entorpecen el alma humana. No es solamente la niebla de los estupefacientes. Los prejuicios personales que nos atan y nos dominan son también niebla que enturbia nuestro juicio. Muchas veces cometemos errores dolorosos porque nos dejamos llevar de un prejuicio personal, que con el tiempo descubrimos carecía de razón.

El egoísmo es otro estupefaciente. Nos lleva a pensar sólo en nosotros mismos, y adormece nuestra conciencia. Creer más de lo que debemos en nosotros mismos, mimarnos a nosotros mismos, justificarnos a nosotros mismos creyéndonos superiores a todos los demás, es una gran niebla que enturbia nuestra alma.

Las muchas ideologías humanas y filosofías y religiones son también nieblas que nos impiden ver tanto la clara luz de la verdad de Dios como también la neblina de nuestra propia desorientación.

Cristo, la luz del mundo, desea ser la luz de nuestra vida. El enemigo de la luz, Satanás, está detrás de todas las nieblas ideológicas, metafísicas y filosóficas que nos impiden ver la verdadera luz.

Si tenemos en poco la gracia de Dios, tal vez sea porque algo está ofuscando nuestra alma. Cristo es la luz del mundo, y Él desea alumbrarnos a cada uno de nosotros. Si lo buscamos en oración sincera, Él será nuestra luz.



OTROS TITULARES

Copa "Presidente de la República"

Sin embargo, creo que mamá se conforma con un regalito

Actitud de abundancia

Preparados

Buzón de los lectores

Nieblas

Nube negra en el Transporte

 


 

  

 

linea
linea gris
 

   Copyright © 1995-2006, Crítica en Línea-EPASA 
Todos los Derechos Reservados