El jubilado fue a un banco del Gobierno a retirar más de tres mil balboas, para pagar una deuda. Días antes había recibido varios meses de jubilación, así que tenía fondos de sobra.
En el banco le pidieron que solicitara una "autorización" a un oficial. A ese funcionario le tuvo que explicar para qué usaría el dinero (su propia plata), que deseaba retirar.
Otro panameño honesto fue a un banco particular a pedir un préstamo de quince mil balboas, para comprar un auto nuevo.
Tuvo que llevar documentos demostrando que ganaba buen sueldo, estaba permanente en el puesto, en fin, que era un sujeto confiable para ese préstamo.
Así como en estos dos casos, hay varios requisitos en los bancos para el manejo de los dineros de la gente honesta de este país.
¿Cómo entonces se explica que un turista colombiano venga a Panamá y adquiera propiedades por centenares de miles de balboas?
No creo que todo lo que haya comprado ese personaje lo pagó en efectivo. Según creo, cualquier transacción bancaria en efectivo por muchos miles, debe ser objeto de una investigación.
Panamá se ha convertido en "oscuridad de la casa y luz de la calle", para disfrute de extranjeros.
No estamos en contra de extranjeros que quieran venir al país a hacer negocios en forma honrada.
Lo que debemos criticar es la falta de eficiencia (?) de todos los controles y reglamentos bancarios, cuando se trata de maleantes de "cuello y corbata".
Y que no me vengan con la excusa que "todo parecía legal".
Si no me equivoco, un turista no puede adquirir propiedades en el país, y menos vivir aquí sin la supervisión necesaria.
El último caso del "financista" de Pirámide demuestra que si usted es extranjero, con plata y quién sabe qué más (?), puede convertirse en el "Rey de Panamá".
Sería conveniente que junto con las investigaciones de las autoridades penales se haga otra. Hay que saber cómo pudo ese maleante encorbatado instalarse aquí disfrutando de sus millones de dudosa procedencia. ¡Eso es raro!
No creo que se vaya a acabar el turismo, si las autoridades son más eficientes en controlar a esos falsos turistas. Realmente ellos son violadores de las leyes en sus países, que vienen a ocultarse en Panamá, para disfrutar de la riqueza mal habida.
Tampoco quiero pensar que con muchos billetes, usted puede adueñarse de este pequeño país y hacer lo que le da la gana. Sería lamentable que se descubrieran mecanismos de dudosa legalidad, usados por esos bandoleros llenos de dinero.