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Es la puerta de entrada a los Estados Unidos. Su poder económico y financiero no tiene rival. Desde Palm Beach, Key Bizcane hasta Fort Lauderdale, el comercio gira gracias a su ubicación geográfica excelente. En el mero centro, el Downtown y el puerto. El Gran Miami era pues, la segura sede para establecer la Secretaria Permanente del área de Libre Comercio de las Américas (A.L.C.A.). Ni siquiera las otras sedes participantes, como los son México y Ciudad de Panamá, podían con la presión geopolítica de los Estados Unidos. Quién se hubiera imaginado que toda esa positiva percepción cambiaría en menos de una hora, en la mañana del martes 11 de septiembre del 2001.
El desastre causado por el ataque terrorista a las Torres Gemelas del World Trade Center fue descomunal, creado un miedo tremendo a los inversionistas de todo el planeta. De inmediato, proyectos de magnitud fueron paralizados en Estados Unidos. Miles de medianas empresas quebraron. Cientos de ejecutivos de negocios buscaron otras ciudades para hacer dinero, fuera de la Costa Este de Norteamérica. Todo fue el caos. Desde Boston hasta el mismo Miami, el terror hizo que la economía estadounidense, que ya estaba en franca caída, terminara por desplomarse en la peor recesión desde 1987.
El Martes Negro golpeó tremendamente a Miami. El turismo ha decaído y miles de empresarios extranjeros han tomado maletas hacia otras ciudades del continente, eludiendo la Costa Este de Estados Unidos, pues no quieren sufrir la humillación de ser revisados en aeropuertos como si fueran criminales terroristas. Desde Canadá, Europa y del Asia, se planean vuelos especiales esquivando el territorio de la Unión Americana.
Pero, la desgracia de uno, es la bendición para otros. Hace poco en Bolivia, una delegación oficial panameña llevó la propuesta istmeña para el establecimiento de la Sede Permanente del Área de Libre Comercio. Esta se encontró con el respaldo de representantes empresariales de 34 países del continente americano. Ahora que tenemos la oportunidad, es cuando el gobierno panameño debe esforzarse a realizar una mayor campaña publicitaria para atraer inversionistas europeos, canadienses, asiáticos y hasta estadounidenses.
Es hoy cuando podemos viajar hacia otros hermanos países latinoamericanos para rescatar el sitial que tiene Panamá en el hemisferio. Nuestro país tiene el Canal Interoceánico, una zona libre de gran magnitud, además que proyecta establecer nuevas áreas de comercio abierto, modernos sistemas de transporte multimodal, junto con facilidades aeromarítimas que no se comparan con otros lugares del mundo. Tenemos hasta marzo del 2003 para promocionar el Istmo como sede permanente del A.L.C.A. Aprovechemos la ocasión para también reformular nuestros objetivos económicos, haciendo el istmo más atractivo para la creación de industrias tecnológicas modernas para vender productos a bajo costo. |
