FARANDULA
"El
proyecto la bruja de blair": tres jóvenes y una leyenda

Javier Chanis Díaz
Colaborador
Maryland
Occidental, 1994. Tres jóvenes estudiantes de cinematografía
emprenden una incursión al corazón de los bosques
de aquella región, con la intención de realizar
un documental ilustrativo sobre las leyendas que en torno a estos
circulan.
Una travesía más parecida en principio, a un
descanso de fin de semana que a una investigación de campo,
y una curiosidad rayando en lo insolente que no tardaría
en pasar factura. Tres voluntades movidas por una indiscreción
casi felina; el resto de la frase ya la conocen.
Heather Donahue, Michael Williams y Joshua Leonard protagonizan
la película "El Proyecto La Bruja de Blair".
Un film con estilo innovador, ligero pero conciso, en el cual
se mantiene a salvo al espectador de imágenes gráficas
y fluidos rojos; elementos ya bastante extenuados y poco convincentes,
si de sembrar el horror se trata; mas no de la desesperación.
Repleto de tomas vertiginosas, extrae, explora y explota el mayor
temor del hombre: La soledad. La impotencia de sentirse acudido
en auxilio, en un contexto tan estéril e inanimado como
el de una fotografía y la creciente e incontenible paranoia,
resultado de la constante persecución por parte de fuerzas
más que sobrenaturales, desconocidas, juegan un papel
beligerante en el efecto que busca la cinta. Es una enorme prisión
de verde. Un sonido casi mudo, en el cual solo se escucha las
voces de los jóvenes, víctimas de su propia angustia
y ruidos inexplicables que solo ayudan a aumentarla. El final
es casi predecible, mas no menos impactante. Treinta mil dólares
de costo y veinte horas de cinta grabada, sintetizadas a poco
menos de dos horas, han sido suficiente para multiplicar la suma
original por varias centenas de veces.
|
|
Heather Donahue,
Michael Williams y Joshua Leonard protagonizan la película
"El Proyecto La Bruja de Blair". Un film con estilo
innovador, ligero pero conciso, en el cual se mantiene a salvo
al espectador de imágenes gráficas y fluidos rojos;
elementos ya bastante extenuados y poco convincentes, si de sembrar
el horror se trata; mas no de la desesperación.
 |