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EDITORIAL
Compromisos
Los actos oficiales programados para el 14 y 31 de diciembre, en ocasión de la transferencia del Canal Interoceánico a Panamá, requieren una especie de consenso de la sociedad, una tregua a las polémicas internas, con el fin de proyectar la mejor imagen al mundo que nos mira. Las constantes protestas que se registran en la capital, algunas de ellas justificadas, como son las referentes al proyectado aumento de las tarifas de energía y del transporte público, no brindan el clima de tranquilidad que se requiere para las celebraciones de esa fecha. A la ceremonia anticipada del 14 vendrán delegaciones de diversos países, entre ellos los Reyes de España, de la OEA, Estados Unidos, Francia y Japón. Panamá no puede darse el lujo de proyectar para esos días una imagen de inestabilidad. El presidente norteamericano Bill Clinton, a pesar de las recomendaciones de sus asesores, ha decidido en principio no participar en la cita histórica en Panamá. La transferencia del Canal a Panamá y la retirada de las tropas estadounidenses de nuestro territorio tras una presencia de casi 90 años, representa uno de los hechos más trascendentales de las relaciones del imperio norteamericano con América Latina, y dará la tónica de lo que serán las futuras relaciones entre norteamericanos y panameños. No se puede descartar que la serie de protestas que se vienen dando contra el proyecto de acuerdo para acopiar información de inteligencia marítima que negocia el Ministerio de Gobierno y la Agencia de Inteligencia Marítima, hayan influido en la decisión de Clinton. Quizás Clinton no se quiere exponer a un recibimiento como el que le dispensaron en 1992 a su antecesor George Bush, cuando no pudo pronunciar ni media palabra en los actos organizados en la Plaza Porras. Las circunstancias de entonces eran muy diferentes a las de hoy. Bush había ordenado la invasión a Panamá, y ahora estamos celebrando la entrega del Canal, pero el tema sobre la presencia norteamericana en nuestro país siempre ha generado fuertes emociones y para nadie es un secreto que los grupos adversos a la misma son muy beligerantes en las calles. Ante el panorama que se nos presenta, el gobierno debe ampliar la participación de los sectores más representativos de la sociedad para involucrarlos en los eventos canaleros próximos y reunirse con los grupos manifestantes para divulgar y debatir los aspectos relativos al tema de los acuerdos que se negocian con Estados Unidos. Así podríamos establecer una especie de tregua ante los compromisos que se le presentan a la nación.
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PUNTO CRITICO |
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