DEPORTES


La "Araña" bailadora

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José Pineda
Crítica en Línea

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Al centro... posando su corona latina, junto a su hermano que ahora esta en su esquina. Amigos y hermanos hasta que la muerte los separe.

El "arácnido" baila como un trompo, pero no públicamente. El ritmo de "reggae" acelera sus ocho patas y pone a temblar su abdomen no segmentado. También le encanta moverse de un lado hacia otro... con sombrero en mano y música vallenata.

Alguien alguna vez le dijo... "La Araña", así te llamaras y así ha sido. Roberto Gaspar Vásquez Ramírez de 19 años de edad empieza a deleitar con su boxeo y a conquistar seguidores con su humildad y estilo.

Hijo de cuna humilde y sacrificio, el panameño que acogió el boxeo como carrera y vida se bate en un ambiente de seguridad emocional por dentro y de trabajo y sacrificio por fuera.

"La Araña" piensa que el boxeo es su puerta de escape a la felicidad... pero también sabe que es un camino de espinas... un rosario de torturas que implica dolor, sacrificio y hasta en cierta medida la muerte.

"No es fácil... es duro, pero tengo mis objetivos", dijo mientras tomaba un bocado de oxígeno. El arácnido tiene su estilo... su originalidad y una manera especial de cortarse el cabello. (Pareciera hilar caminos... similares a la palma de una mano).

Como todo buen soñador, Vásquez ya piensa en una oportunidad titular a pesar de tener sólo 10 peleas en su vitrina. Con foja de 9-1 y ocho desterrados por la ruta del sueño, el panameño cree que el 2003 será el año de su gran oportunidad.

El hijo de Carlos Vásquez (narrador) y Nelys Ramírez (reina de la casa) empezó en el boxeo cuando sólo tenía nueve años. Aventuras de niño lo llevan al gimnasio Auditorio de Los Santos donde nace ese amor con el deporte de orejas rojas.

Tras una campaña de éxitos en la rama aficionada, donde realiza 50 peleas, ganando 44 y perdiendo 6, "La Araña" sube a las filas profesionales un 17 de marzo del año 2001.

El debut ha sido lo más malo que tiene en su hoja de vida. Una derrota (decisión cerrada) ante el colonense y gallo de patio Angelo Dottin empaña el inicio de su primera batalla.

"No me hables de esa pelea... no quiero recordarla, lo que quiero es pelear con Dottin en Colón, Panamá o en la China... donde él quiera, le voy a dar para que me respete... La Araña ha crecido profesionalmente y lo estoy esperando", dijo Vásquez, mientras movía sus puños aceleradamente.

Conversando frente a frente con el "arácnido" y sin censuras, el peleador tiene una espinita por dentro que sólo otra pelea con Dottin, la puede sacar. "No quiero recordar eso... sólo quiero pelear, que venga que lo espero, pero La Araña tiene sus planes y debe seguir", explicó.

ROMÁNTICO DE LA VIDA...

Pareciera que "la Araña" es un romántico de la vida. Un peleador que disfruta sanamente de sus momentos y que como el más estudioso de los filósofos se traza una meta y un objetivo. "No soy un Mano de Piedra... acepto que mi pegada no es de las mejores. Tengo mi boxeo y mi técnica y seguiré mejorando cada día de la vida", afirmó.

Pero no todo lo que brilla es oro. El "arácnido" de ojos redondos, cabeza semi-rapada y baja estatura tiene un espejo que cada mañana le habla al oído. Es como una coquillita que le da al amanecer, pero muy temprano... cuando apenas son las 5:00 a.m.

"Mira... lo que te digo me duele de verdad. Nunca lo he dicho y no por eso deja de ser mi hermano. Lo quiero y siempre viviremos para ayudarnos. Cada mañana que me despierto a correr en la madrugada lo veo... es como un espejo. Mi hermano que tenía para ser campeón esta al lado de mi cama... acostado y ya retirado. Él fue de los buenos, pero descuidó su preparación. Cuando fue campeón regional dejó de correr y se dedicó a otras cosas... tu sabes, el vicio de los boxeadores (las mujeres) y ya no entrenaba. Cada día lo miro y lo veo... a pesar de su juventud no tiene posibilidades de ser campeón mundial, así que yo trato de ser diferente y entrenar seriamente", dijo Vásquez, mientras tomaba 30 segundos para reflexionar.

Alegre, bailarín, joven y con muchas ganas de ser alguien en la vida, Vásquez quiere una corona mundial a toda costa. El camino es duro y además espinoso, pero nada es imposible en la vida.

Panamá ha dado campeones mundiales en abundancia, tomando en cuenta la cantidad de habitantes proporcionales que existen. La historia de nuestra araña es diferente... es algo así com un "super héroe" en crecimiento... un gladiador de la vida que busca la puerta del triunfo a base de trompadas.

La otra araña que ustedes conocen... aquel paladín ficticio de la justicia, el que trepa paredes y lanza mallas irrompibles con un clic de sus dedos... es de otra cultura. Hoy día mostramos la cara de un campeón de la vida... humilde, sano y con proyecciones, Roberto Vásquez teje una tela de éxitos... ¡Que la suerte le acompañe!

 

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