La industria de Hollywood, siempre ávida de capitalizar la popularidad de toda franquicia, no tardó en concretar una película sobre el videojuego de "Max Payne".
Él es un oscuro detective vengador cuyo resultado final no agrega demasiado a la reciente saga de productos basados en esquemas estéticos similares. Estos, sustentados en la espectacularidad de escenas de acción construidas con un gran despliegue de efectos visuales digitales.
Este repite una y otra vez en "flashback" las pesadillas del protagonista (el asesinato de su esposa y de su bebé).