EDITORIAL
A cumplir con la CSS
La morosidad que mantienen sectores económicos, profesionales, sindicales, políticos y el propio gobierno con la Caja del Seguro Social es alarmante y en nada contribuye a los esfuerzos por rescatar las maltrechas finanzas de esa entidad. Casi 7,000 morosos particulares adeudan 32 millones de balboas al Seguro Social y otros 35 millones debe el sector público. Con ese panorama, es poco probable que la Caja supere su déficit actuarial en el Programa de Invalidez, Vejez y Muerte, que amenaza con llevar a la quiebra a la institución. Los que adeudan la cuota obrero-patronal deben hacer los respectivos arreglos de pago y cumplirlos, ya que descontar esas sumas a sus trabajadores y no reportarla, representará dentro de poco un delito bajo el tenor de la legislación penal. El apropiarse de esas sumas impide que los trabajadores puedan jubilarse mañana e impide que éstos reciban prestaciones médicas en los hospitales del sistema de seguridad social. La institución también debería reforzar su equipo de inspectores y las facilidades para hacer lo más expedito el pago de los aportes de la cuota obrero-patronal.. El Seguro Social es la institución con mayor presupuesto del sector público, lo que demuestra su importancia. Los 1,200 millones de balboas que se contemplan de ingresos y egresos, convierten a la Caja en una gran empresa de todos, por la cual la sociedad en su conjunto debe contribuir a su mejoramiento. Si no se reportan las cuotas obrero-patronal se merman sus finanzas y no saldremos del círculo vicioso, en que cada período de gobierno los organismos exigen ajustes tendientes a evitar el colapso del Seguro Social. Ya se subió la edad de jubilación a 57 y 62 años para mujeres y hombres, respectivamente. La Organización Internacional del Trabajo recomendó un menú de opciones, que incluye aumentar a 65 años la edad de jubilación y un incremento en el porcentaje de los aportes de empresarios y trabajadores. A todos nos disgustan esas opciones, pero si no reaccionamos y cumplimos con nuestras obligaciones con la Caja, en algunas décadas no habrá reservas ni para pagar las pensiones de hambre, que reciben la mayoría de los jubilados.
PUNTO CRITICO |
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