Entre 1968 y 1976 a Anneliese Michel le sucedieron en Alemania trastornos calificados como posesión por los sacerdotes que la trataron. Numerosas sesiones de exorcismo se dieron, pero la muchacha murió. A los sacerdotes los llamaron a juicio por homicidio culposo, dado que la muchacha murió por desnutrición.
Algunos elementos de esta historia sirvieron de base para presentar este año El exorcismo de Emlily Rose, un cruce de géneros entre el cine judicial, documental, de suspenso y horror, que funciona a la perfección por entregar lo mejor de cada uno para contar una historia que a primera vista parece de una simple, pero dramática posesión demoníaca.
El combate al mal, traducido como enfermedad por los científicos y como posesión por los teólogos, es llevado al estrado y el jurado deberá determinar si Emlily necesitó de la ciencia médica para superar un cuadro sicótico epiléptico o debió dejar a un lado la medicina y esperar con fe que de su cuerpo salieran seis demonios, entre ellos el príncipe eterno del mal.
El desarrollo de la historia lleva al espectador a olvidarse de Linda Blair y su interpretación de Reagan McNeil (El Exorcista, el clásico por excelencia), quedándose con el perfil de los personajes que intervienen en el filme: el sacerdote acusado, la agnóstica abogada defensora, el ultra católico fiscal, la juez imparcial y por supuesto Emily.
Al final, queda la reflexión sobre las posibilidades y la búsqueda de la constante de la espiritualidad, pues el sacrificio de Emily va en esa dirección. Definitivamente, un buen filme que pudiera incomodar a aquellos que buscan cine de horror y se encuentren con un filme judicial con sólidos argumentos fuera del contexto factual, aunque posibles, con escalofriantes testimonios. Calificación: 4.4. Ya hay un nuevo miedo urbano, que de por sí data de la era cristiana: las 3: 00 a.m.
EL TRANSPORTADOR 2
Por si no se enteraron, regresa Frank (Jason Statham), el transportador, un especialista en trabajos riesgosos, cuya carga siempre se respeta. En esta ocasión, el transportador conduce para la familia Billings y hace amistad con el niño que es secuestrado y a Frank lo culpan del plagio. A partir de ese momento, se da rienda suelta a cuanto truco de cine de acción se pueda desarrollar para que la secuela supere a la primera parte, y en parte lo logra.
No se trata de que éste sea un gran título dentro del cine de acción. Momentos en que estas películas parecían estancarse en las videotiendas y no tuvieran mayores signos vitales en las taquillas, llegan refrescantes escenas exquisitamente coreografiadas para que al final sea el espectador quien diga … ¡hoooooooooo! .Calificación: 3.7. Hey frenn, ta güena, sae.
