Domingo 22 de nov. de 1998

 








 

 


EDITORIAL
El desastre del tránsito vehicular

La principal causa de muerte violenta en Panamá la ocupan los accidentes viales que superan los cuatrocientos setenta y cuatro cadáveres en lo que ha transcurrido del año, y cuya prospectiva apunta a superar en exceso las quinientas, durante lo que resta del calendario de 1998.

Los accidentes vehiculares superan los ochenta diarios, en promedio; ponen de manifiesto el desastre del tránsito panameño donde las conductas abusivas, imprudentes y omisivas, dejan secuelas de lesionados y daños millonarios, como explican las estadísticas de las empresas aseguradoras.

Las causas de este deterioro son de distintas naturaleza; resalta la lenidad de las autoridades responsables del control del tránsito, quienes toleran con resignación culpable el manejo en desorden que hace cabriolas con los vehículos, incrementando los riesgos de colisión y vuelco; de igual manera, la permisión tolerante en el otorgamiento de las autorizaciones de manejo, donde inexpertos e imberbes conductores logran las licencias legales.

La evidente falta de mantenimiento de múltiples vehículos que ofrecen deterioros y daños ostensiblemente; cuyos controles mecánicos y eléctricos en daño sirven para agudizar los peligros de atropellos y colisiones.

Repetidas mecánicas burocráticas facilitan a menores de veinticinco años conduir autobuses y taxis en abierta violación a las normas de la ley 14, unidas a la indiferencia de los vigilantes de calle y carretera, que se alejan de los eventos infractores, sin reclamar rectificaciones. Por ejemplo los cotidianos desplazamientos de camiones volquetes que transportan materiales de relleno y construcción, sin las cubiertas reglamentarias y dejando porciones de piedra, arena y lodo en el pavimento.

El reparto de las responsabilidades en los asuntos viales en cinco oficinas distintas, que actúan en sus propias dinámicas y criterios, causan controversias administrativas y encontradas decisiones, cuyas secuelas incrementan el infernal tránsito terrestre panameño.

La pasada semana se ordenó retirar la licencia al infractor vial; situación que con anterioridad devino en la acumulación de expedientes y miles de boletas sin atender, que en algunos casos -tal el denunciado por el Director Sosa, ascienden a más de ochenta.

Esta morosidad es acusatoria de la endeble efectividad de los responsables del tránsito, que dejan los cobros al tiempo de renovación de placas al obtener paz y salvo. Tal mecánica es cómoda; impropia de quienes deben ejemplarizar, castigando los desmanes contra la ley, realidad que informa el desastre vial panameño.

 

 

 


 

AYER GRAFICO
El gran jinete panameño Laffit Pincay Jr. entrevistado para el "Nuevo Hipodeportes"


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, atraso el tráfico por "mirón".


OPINIONES



 

 

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