Centenares de soldados de la Infantería de Marina se han unido a comandos especiales, unidades de combate de la CIA y milicianos afganos animados por la recompensa de 25 millones de dólares ofrecida por el Pentágono, en la búsqueda del saudí Osama bin Laden. Con la presencia de los "marines", las fuerzas de Estados Unidos dentro de Afganistán alcanzan estos días su mayor número, después de la súbita y sorprendente caída de los talibanes.
Los comandos y unidades especiales del Pentágono tienen como mejor ayuda el respaldo de los comandantes afganos anti-talibanes que pueden guiar sobre el terreno a los soldados norteamericanos en la búsqueda de Bin Laden y sus lugartenientes.
Los 25 millones de dólares han sido ofrecidos por el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, como recompensa a la información que sirva para localizar a Bin Laden. La portavoz del Pentágono, Victoria Clarke, dijo y que no sabía en qué moneda ni en qué forma se pagaría esa recompensa, con la cual Washington espera atraer delatores en uno de los países más empobrecidos del planeta.
Rumsfeld confía en que esa extraordinaria suma de dinero pueda incitar a muchos cabecillas afganos a delatar al saudí y a los miembros de la red terrorista de Al Qaida. El jefe del Pentágono evitó comentar las misiones concretas de las unidades militares de EEUU dentro de Afganistán, pero se mostró confiado y optimista.
El portavoz del Pentágono, contraalmirante John Stufflebeem, dijo ayer que los miembros de la Infantería de Marina "ya han participado en operaciones en Afganistán". Agregó que se mantiene la situación sin cambios en torno a la ciudad de Kunduz, donde miles de talibanes están cercados por los milicianos de la Alianza del Norte, que luchan junto al Pentágono en esta "guerra contra el terrorismo".
"En el área de Kunduz los bombardeos estadounidenses han quedado suspendidos", dijo Stufflebeem, quien indicó que en la jornada más reciente de ataques aéreos de Estados Unidos en franjas del territorio afgano" para localizar al jefe del grupo Al Qaida. |