FAMILIA
Génesis de los mitos de la
droga
James A. Inciardi
Este espíritu de construcción
de mitos es evidente, por ejemplo, en el sensacionalismo periodístico
de las novelas de diez centavos del siglo XIX en Estados Unidos, las aproximaciones
a los hechos por parte de historiadores de gabinete y la alquimia religiosa
de generaciones de escritores cristianos y de evangelistas contemporáneos
de televisión.
Entre los mitos más curiosos que pervivieron durante siglos en
gran parte del mundo estaba el del unicornio, un producto de la Santa Biblia.
Los limeo, pero cerca del 250 a.C. un grupo de judíos helenísticos
tradujeron las Escrituras al griego, produciendo una versión de la
Biblia conocida como la Septuaginta. En las Escrituras originales, los escritores
hebreos habían mencionado con cierta reverencia un animal al que
llamaban Reem. En Job39:9-12 y Num 23:22, se señalaba que el Reem
tenía gran fuerza. Se lo caracterizaba como huidizo, indomable, feroz
y especialmente distinguido por el cuerno de su frente, pero nunca se lo
describía concretamente. Estudios ulteriores descubrieron que el
Reem era el Bos primigenius o uro, un buey salvaje que se creía que
era el ancestro del ganado doméstico europeo.
Pero al uro, ahora extinto, nunca lo habían visto los traductores,
dado que ya no existía donde ellos vivían. Sin embargo, los
rasgos del Re'em despertaron oscuros recuerdos de otra bestia que se creía
que era feroz, misteriosa, extraña y remota. Usaron la palabra griega
monokeros.
El monokeros de los antiguos griegos venía de los escritos de
Ctesias, el historiador y una vez médico del rey persa Artajerjes
II. En el 388 a.C. había escrito un volumen sobre la India, basado
primordialmente en los cuentos y dichos de los viajeros. En él describía
a "un asno salvaje de la India" que tenía todas las características
del unicornio mítico. Los zoólogos han determinado que el
monokeros de Ctesias o "asno salvaje de la India" era concretamente
el rinoceronte indio, con mezclas agregadas de rasgos de algunos otros animales.
Pero, en inglés, monokeros significa unicornio. Re'em se tradujo
a monokeros con un resultado capital: por muchos siglos futuros, la existencia
del unicornio se reiteraría y no se podría dudar de ella pues
se lo mencionaba repetidamente en la Santa Biblia.
Más entretenido es el mito de D.B. Cooper, el secuestrador de
aviones que saltó de un jet de línea de Northwest Orient Airlines
la víspera de Acción de Gracias de 1971 con un rescate de
200.000 dólares que había exigido de los funcionarios de la
aerolínea. Después de que saltó en paracaídas
del avión sobre Ariel, Washington, el FBI lanzó una cacería
humana masiva. Cooper nunca fue hallado y casi inmediatamente se convirtió
en un héroe popular de los tiempos modernos, un Robin Hood del siglo
XX. La mitología popular sostiene que huyó, que engañó
al sistema.
Por contraste con los cuentos del unicornio y el de D.B. Cooper, la génesis
de los mitos de la droga es considerablemente más compleja, y ha
surgido de numerosas posturas médicas, políticas, legislativas,
científicas y morales de la sociedad norteamericana. La temprana
asociación de fumar opio con los chinos, un grupo cultural y racial
que había sido definido legalmente como ajeno, una designación
que perduró alrededor de 1943.


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