La actriz estadounidense Brooke Shields volvió a admitir que sufrió mucho la depresión posparto luego de dar a luz a su hija Rowan, en 2003. Sin embargo, en esta ocasión, confesó los aspectos más dolorosos de esta enfermedad y de cómo, en los peores momentos, quiso quitarse la vida.
"Por fin tenía a una niña sana y no podía ni mirarla", dijo Brooke, quien dio a luz a su hija, Rowan, después de un aborto y de siete intentos fallidos de fecundación in vitro.
"No podía levantarla, no podía cantarle y no podía sonreírle.. Todo lo que yo quería hacer era desaparecer y morir", aseguró.