Un campesino de la provincia nororiental china de Heilongjiang murió tras sufrir torturas y estar recluido en pésimas condiciones durante más de 300 días por su pertenencia a la secta Falun Gong, denunció el centro de información de este grupo.
El campesino, Ju Yajun, de 33 años de edad, fue detenido en octubre de 2000 en Pekín, a donde había viajado para reivindicar su derecho a pertenecer al grupo budista, y durante meses fue torturado en un centro de detención por policías que pretendían forzarle a renunciar a sus creencias, señala un comunicado del grupo.
De acuerdo con testigos, el preso recibió numerosas palizas, sólo se le dio pan como alimento, no se le permitía recibir visitas de sus familiares y se le prohibía extender sus piernas para dormir, bajo la amenaza de ser golpeado si lo hacía.
En una ocasión, relatan, Ju fue sometido a una tortura denominada "el avión" en la que el detenido fue colocado con los brazos extendidos hacia atrás, doblado sobre su cintura, y se le obligó a mantener esa posición durante largo tiempo, siendo golpeado si se movía. |