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El presidente afgano Burhanudín Rabbaní regresó ayer a Kabul, donde ha empezado por rechazar el posible envío de una fuerza multinacional a Afganistán y un gobierno impuesto por Estados Unidos o el Reino Unido.
Rabbaní dejó claro que sólo admitirá la intervención de la ONU en ese Ejecutivo transitorio, para cuya configuración la Alianza del Norte". El líder supremo de la milicia, el "mulá" Mohamed Omar, dijo que sus hombres huirán a las montañas en caso de que esa ciudad caiga y comenzarán una guerra de guerrillas.
Mientras en Kabul ya han empezado a funcionar algunos ministerios del Gobierno del presidente Rabbaní, quien parece incapaz por el momento de extender su autoridad entre los diferentes "señores de la guerra", que se reparten el territorio afgano.
La capital afgana, al igual que la mayor parte del país, está controlada por la Alianza del Norte, una amalgama de grupos étnicos turcos y persas (tayikos, hazaras y uzbecos) que en el pasado protagonizaron interminables luchas intestinas. Los "señores de la guerra" dicen ser partidarios de la Alianza, pero todo parece indicar que intentan hacerse fuertes en sus plazas respectivas para poder dejar oír su voz en las futuras negociaciones para un gobierno "de amplia base" al que todos dicen aspirar. |
