Fidel Castro
vuelve: ¿qué hizo aquí hace 52 años?

Eduardo Soto P.
Crítica
en Línea
La
habitación del Hotel Central en San Felipe, que por entonces
lucía imponente, donde Fidel Castro pasó algunas
noches de abril de 1948 (cuando apenas cumplía los 21
años), hoy es poco más que un antro fantasmal,
a merced de la polilla y el tiempo.
Por ironías del destino, 52 años después
de esa visita de Castro los obreros le han quitado el hotel a
sus dueños, y están administrándolo bajo
la supervisión de un juzgado mientras se resuelve el litigio
laboral.
El último líder comunista de América
pagó 20 dólares por su hospedaje aquella vez en
el Hotel Central. Hoy ocupa todo un piso (25 habitaciones aproximadamente)
en otro hotel, el Cesar Park, donde la noche en una sola de esas
piezas no baja de 160 balboas. El balcón al que Castro
se asomó hace medio siglo tenía como escenario
la Avenida Central, a pocos metros de la Plaza de la Independencia,
donde cuatro meses antes (diciembre de 1947) estudiantes universitarios
y del Instituto Nacional habían protagonizado una refriega
estruendosa de la que salió con una bala en la espalda,
que lo paralizó para siempre, el joven Sebastián
Tapia.
Los estudiantes lograron con su protesta que el gobierno rechazara
el convenio Filós-Hines, que extendería por más
tiempo la presencia de bases militares estadounidenses que se
habían abierto en todo el país a raíz de
la Segunda Guerra Mundial.
BOGOTA
Así como en Panamá, la juventud hacía
arder mentes y cuerpos en manifestaciones no siempre pacíficas
en toda América Latina. Fidel estuvo de paso hacia Colombia,
donde se realizaría un Congreso de la Juventud Universitaria
Latinoamericana. El evento era organizado por los revoltosos
jóvenes peronistas.
Vino en compañía de otro estudiante cubano de
discurso incendiario, Rafael Del Pino, quien estaba emparentado
con un hijo de cubano con Colombiana que vivía en Panamá:
Hatuey Castro Barona, actualmente director del Instituto de Mercadeo
Agropecuario, IMA, y por entonces con apenas 18 años.
Fue Hatuey quien los recibe y les sirve acompañante
social durante los días que estuvieron aquí.
Cuando viajan a la capital colombiana, llevan en el bolsillo
la dirección de una hermana quinceañera de Hatuey,
Olimpia, quien estudiaba en una escuela de monjas. Dejar el nombre
de esa adolescente en la recepción del hotel, para que
los empleados estuvieran al tanto de sus mensajes, fue una pista
que siguió la Policía durante la investigación
provocada por el asesinato del líder liberal Jorge Eliécer
Gaitán, del que eran sospechosos los dos jóvenes
cubanos, dado que en el diario del difunto aparece una extraña
cita fechada un día antes del atentado, con un nombre
revelador: Fidel Castro. Además, alguien dijo que estos
dos estaban vinculados al crimen.
Olimpia y toda su familia en Colombia se ven así accidentalmente
involucrados en esta ruda investigación luego de la muerte
de Gaitán, que también provocó la ola de
violencia política más cruenta que recuerda este
país en la primera mitad del siglo XX, y que dejó
cuatro mil muertos y la ciudad de Bogotá en ruinas.
¿QUE HIZO FIDEL EN PANAMA?
Al menos un semanario de la época, Mundo Gráfico,
registró la visita de Castro a Panamá, y anotó
su entrevista con los dirigentes de la naciente Federación
de Estudiantes de Panamá, FEP, que había alcanzado
laureles con el rechazo del Filós-Hines.
El Mundo Gráfico publicó una fotografía
(entre el 13 y el 15 de abril) en la que aparecen Fidel Castro,
Rafael Del Pino, Hatuey Castro y el periodista Agustín
Cajar Escala en el lobby del Hotel Central, sentados en unos
muebles de mimbre blanco.
También publicaron fotos de Fidel y Rafael Del Pino
colocando una ofrenda floral ante el busto de Manuel Amador Guerrero
en la Plaza de la Independencia, según el poeta Alvaro
Menéndez Franco, quien asegura que Hatuey y Fidel son
parientes, "pero no por los Castro, sino por los Barona".
Hatuey lo niega: "mi apellido es con be, y viene de Cali;
el de Cuba es con uve".
Lastimosamente, ninguna de las colecciones del Mundo Gráfico
consultadas en las principales hemerotecas de la ciudad cuentan
con estas fechas, y de las que están, algunos fanáticos
han arrancado las páginas correspondientes.
Castro disertó en el Aula Máxima del Instituto
Nacional, pero en la jornada nocturna, que correspondía
a la Universidad de Panamá, sobre el congreso de jóvenes
que se realizaba en Colombia y atraía la atención
de muchos en Latinoamérica.
Una noche de las diez que estuvo en el país, el muchacho
cubano se paseó junto con sus amigos Rafael y Hatuey por
los suburbios de la capital panameña, donde por entonces
funcionaban -lo más alejadas del centro de la ciudad-
casas en las que el "amor" se servía a la mesa.
Había un lupanar obligado, donde iba a parar todo aquel,
panameño y extranjero, que pudiera pagarlo: "Villa
Amor". Sin embargo, esa noche la casa de Eros estaba cerrada,
y cuenta Hatuey Castro que debieron recurrir a un viejo caserón
que estaba junto, y donde iban a refugiarse contrahechas meretrices
de los bajos fondos, el Fénix, burdel que guardó
el mismo nombre hasta hace pocos años, cuando lo cambio
a Club Capri.
Según Hatuey, el gigante Fidel sucumbió a los
encantos de una cholita panameña de mínima estatura
y aspecto desfavorable.
Horas después salió de Panamá rumbo a
Colombia donde, según cuentan, le vieron armado en pleno
Bogotazo. Desde entonces, de eso hace 52 años, no ha vuelto.
"Salvo que hubiese entrado de incógnito, protegido
por los militares (Torrijos o Noriega)", dijo Hatuey Castro.
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Horas después
salió de Panamá rumbo a Colombia donde, según
cuentan, le vieron armado en pleno Bogotazo. Desde entonces,
de eso hace 52 años, no ha vuelto. "Salvo que hubiese
entrado de incógnito, protegido por los militares (Torrijos
o Noriega)", dijo Hatuey Castro.
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