Gotas de cristal caen del cielo, salpicando el Aeropuerto, mientras un “Ave de Acero” desgarra el silencio de la noche, que ayer, en complicidad con la luna de plata, despedían a un personaje, querido por unos y criticado por otros, pero que de una u otra forma escribió su página innegable en la historia del fútbol panameño.
Allí se instala la figura. Su rostro secó, a veces reído, otras turbio, encaja perfectamente en las despedidas, cual película americana de otrora época. Su fiel amigo Jorge Amado Núnez lo acompaña. Eso ni dudarlo. Su equipaje a un costado lleno de recuerdos y un periodista que se aferra a esta entrevista, como la última de una era que ya terminó.
Así habla José “Cheché” Hernández en el aeropuerto. En su adiós a Panamá. Su destino Calí, su futuro incierto, su pasado: un sueño llamado Alemania. Usted lea e interprete lo que sienta.
Crítica ¿Qué se lleva en la boca?
José Hernández: Cariño de la gente. Muy agradecido, conocí una cultura y compartí. Eso me da alegría.
¿Lo más importante?
JH: Pienso que dejar una huella en el fútbol y esa huella tiene que seguir caminando.
¿Qué sintió en estos casi dos años y cuatro meses en Panamá?
JH: Muchos recuerdos. En este tiempo conocí bien a este país y su gente. Se comparte mucha vida.
¿Qué aprendió?
JH: Aprendí a no desviarme de mis objetivos. Ni la crítica, ni el elogio desviaron esa meta.
¿Y qué aprendieron los jugadores?
JH: Mucho. Ellos serían los encargados de decir la enseñanza que se dejó.
¿Siente que alguna vez se equivocó?
JH: No realmente. Se pasó la película de lo que se hacia antes y después de tomar una decisión.
¿Cuál fue el actor principal de esta película?
JH: El fútbol, porque siempre será el actor principal. Es quien aglutina gente, da pasión y vida, como después de la Copa de Oro.
¿Tiene un final feliz o triste la película?
JH: Es una película que tendrá un segundo capítulo, que se realizará con la enseñanza de los jugadores y una mano que llegará a guiarlos, que Dios primero asistan al mundial del 2010.
¿Qué hace falta para llegar al mundial?
JH: Que los jugadores sean más profesionales. Una verdadera conciencia de lo que es la selección. Igual un torneo con mucha competencia y continuidad.
¿Qué hay de diferente en Cheché hoy a cuando llegó?
JH: Mucho más maduro. Más experiencia. Es diferente una selección a un club. Eso me lo llevo, con mucha alegría.
¿Su logro más alto?
JH: Era llegar al mundial. Eso fue lo que soñé. No se pudo, pero se sembró una semilla.
¿Qué no le gustó?
JH: Que no hubiera más canchas de fútbol en Panamá.
¿Qué le gustó?
JH: El empeño que pusieron los jugadores en muchas situaciones de juego.
¿Qué hizo falta?
JH: Clasificar.
¿Qué Sobró?
JH: Pienso que el fútbol de Panamá es un deporte al cual no le sobra, le falta y hay que agregarle y está en ese proceso de madurar.
¿Falló algo?
Fallar en su aspecto, no. Más bien se luchó por el objetivo y no se logró.
¿Una frase que no se olvide?
JH: Qué ni la crítica ni el elogio te desvíen de tu camino.
¿Un chiste?
JH: Después de peder con México, uno que circuló por internet que decía que si goleábamos a Estados Unidos clasificábamos al mundial.
¿Qué significaba aló, aló, aló?
Simplemente para desviar la conversación.
¿Era una frase vieja?
JH: Sencillamente algo para matizar.
¿No cambia su sentido característico?
JH: Pienso que en determinado momento se malinterpretó, pero no se puede cambiar.
Así despierta el técnico hoy en Calí. Lleno de nostalgias, de recuerdos de una Marea Roja, que fue escarlata, como la sangre del pueblo panameño; y tan pura como el corazón de una mujer enamorada.
Ahora Panamá caminará hacia otra historia, escrita en su futuro, en su juventud y en un deporte, que es capaz de hacer llorar y reír. Fue un sueño que todos quisimos con el alma, pero que ahora caminará hacia el 2010. Así es, fue y será. La historia llegó a su fin. The End.