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Rashid Dostum, el rey Zahir y Bushanudin Rabbani, forman parte de la lista de los posibles sucesores del poder en Afganistán, mientras tanto sendas luchas se libran en la zona.  |
Afganistán es un caleidoscopio en el que cada tribu o etnia, se refleja en un líder. Fuera del país, el anciano y enfermo Rey Zahir cuenta con el apoyo y el dinero de Occidente.
Dentro, el ex presidente Rabbani aglutina a parte de la Alianza del Norte, pero debe oír a sus jefes militares, alguno de los cuales promete unirse a los talibanes si no logra su cuota de poder.
El Rey Zahir teme que la entrada de la Alianza del Norte en Kabul haya hecho saltar por los aires los acuerdos firmados en Roma para nombrar a partes iguales un Consejo Supremo de Unidad Nacional de 120 miembros que convoque la tradicional «Loya Jirga» o gran asamblea de jefes de tribus y clanes, a la que compete nombrar un jefe de Estado que a su vez forme un Gobierno provisional durante dos años hasta que se puedan celebrar elecciones.
ZAHIR, ANCIANO Y ENFERMO
Según la tradición afgana, la «Gran Asamblea» puede celebrarse sólo en Afganistán y, aunque Estados Unidos ha puesto 400.000 dólares a disposición del Rey Zahir, el Monarca exiliado no manifiesta urgencia alguna por regresar a su país para presidir la típica reunión de 700 u 800 jefes tribales durante semanas o meses. Las condiciones de salud del Rey son preocupantes, y su dificultad para hablar es cada vez mayor, por lo que recibe a pocas personas y utiliza traductores del dari que «amplían» sus comentarios en la lengua del visitante. El Monarca representa la autoridad moral, pero ninguno de sus hijos quiere volver a Afganistán, sólo su nieto favorito, Mustafá.
RABBANI, EL PRINCIPAL RIVAL
Burhanudin Rabbani, tayiko, es el principal rival del Rey. De 61 años, es considerado aún por la ONU como el presidente en el exilio de Afganistán. En 1979, con su partido «Sociedad Islámica», protagonizó una enconada lucha contra los soviéticos. Tras la caída del Gobierno títere de la URSS en 1992, se convirtió en presidente de Afganistán antes de que las luchas con otras facciones le debilitaran hasta que los talibanes, con el apoyo de los líderes pashtunes que odiaban a Rabbani, le obligaron a salir del país en 1996. Instalado en Duchambé, la capital de Tayikistán, logró el apoyo de los enemigos de los talibanes lejos de Estados Unidos: India, Irán y, curiosamente, Rusia.
LOS SUCESORES DE MASSUD
Las tropas que entraron en Kabul lo hicieron portando retratos del «León del Panshir», el carismático Ahmed Sha Massud, asesinado el 9 de septiembre pasado por agentes de Bin Laden. A Massud le sucedió el general Abdul Qassim Fahim, ministro de Defensa de la Alianza, quien ha encabezado la entrada en las calles de Kabul. Tayiko como Rabbani, está llamado a desempeñar un papel principal en el futuro Gobierno.
DOSTUM, EL « SOVIETICO»
Formado en la Unión Soviética en los años de la ocupación, Abdul Rashid Dostum, de 47 años, volvió a su país con una milicia pro comunista de 20.000 hombres. Tras la caída del régimen pro soviético, se refugió hasta 1996 en el norte del país donde creó un miniestado con 6 de las 30 provincias afganas. En 1996 comenzó a luchar contra los talibanes y acabó peleando junto a la Alianza. Recuperó Mazar i Sharif, clave para la caída del régimen talibán. Ambicioso y militar de formación, quiere ser convenientemente recompensado.
KHAN, EL «EMIR DE HERAT»
Ismail Khan, de 54 años y también de origen tayiko, se hizo su leyenda luchando contra los soviéticos en el oeste del país. En 1992 se designó «Emir de Herat» y llevó la paz a esa zona mientras el resto de Afganistán se desengraba en una guerra civil. Capturado y encarcelado por los talibanes, se refugió en el vecino Irán desde donde comenzó su lucha contra los talibanes. |