PUESTA EN ESCENA ¡Oh, la voz, imponderable instrumento!

Por Aurelio Paredes
El canal 2 se estrenó con el mejor de los periodistas para ese sistema, hasta hoy, en nuestra apreciación, no igualado: don Mario Velásquez. Aquí entra la generación de las mujeres hermosas y rebosantes de talento: Luz María Noli, Diana Arosemena, Diana Martans, Meredith Miranda, Gioconda Emiliani, Itzel Velásquez, Mireya Lasso y muchas otras que hoy son un recuerdo refrescante. La televisión moderna, la de los satélites y efectos especiales, la de los "mezclados" y los variantes fónicos, la animación gráfica y los caracteres, generan un nuevo método catalizador, haciendo que las noticias aprovechen al máximo la movilidad geográfica y el "procesador de palabras". Esta misma modernidad nos ha permitido dejarnos en pantalla bellas y talentosas narradoras, quienes desde nuestro punto de observación cumplen con todos los requerimientos de esa profesión: Lorena Castillo, Lissette Condassín, Mariana Fábrega, Jenia Nensen, Maritza Muñoz, Marta Alvarado, Marisol Velasco y en el rol entretenimiento, Yarelí Cartín, Marisela Moreno, Patricia De León y la más dulce hermoso, sofisticada y carismática ANA GABRIELA DELGADO, todas ellas con una clara dicción y una fonética que reafirma lo de internacional, grata y creativa. La señorita Castillo, ya veterana del grupo, nos deja escuchar su voz clara y precisa, con la fuerza precisa y la exposición precisa. Quizá su punto débil y que podría mejorar, sea su ritmo un poco acelerado, que de menguarlo, daría más brillo y armonía. Cualquiera cadena de televisión se prestigiaría con estas narradoras y comunicadoras, quienes hoy por hoy le dan un toque de virtuosismo a una televisión proyectada, desafortunadamente, para ponderar artistas, programas y culturas extranjeras y que con el apoyo de la empresa privada, el gobierno y claro está, el señor televidente, podría enrumbarse por mejores caminos. Nuestra eximia figura del teatro y la radio Gladys Vidal encaminó a la mayoría de las figuras que aparecen en pantalla, cuidando su dicción y talante, práctica esta que se ha dejado a un lado por otros intereses. La voz debe cuidarse y educarse, no estropearla con gritos disonantes, mal descanso, desarreglos al ingerir líquidos fuera de temperatura y leer o hablar desordenadamente. Existen reglas que seguir y existen métodos para su buen uso, amén de prácticas que van a significar, mejor entonación y mejor armonía en lo que se emite. No podemos permitir caer en las manos de improvisados maestros de teatro o en aves agoreras que nos platican, ponderando falsamente las seudas cualidades de nuestros sonidos lingüísticos. La voz, ese emisor de nuestra personalidad, puede mejorar cuando somos portadores de "nasalidad", gangosidad o devorador de "erres". Existen ejercicios que llevados a la práctica con intensidad y disciplina de seguro la tornarían en un sonido más limpio y con carácter. No descuidemos lo que sería nuestra tarjeta de presentación, la VOZ, imponderable instrumento de presentación.
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La voz, ese emisor de nuestra personalidad, puede mejorar cuando somos portadores de "nasalidad", gangosidad o devorador de "erres". Existen ejercicios que llevados a la práctica con intensidad y disciplina de seguro la tornarían en un sonido más limpio y con carácter. No descuidemos lo que sería nuestra tarjeta de presentación, la VOZ, imponderable instrumento de presentación.
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