EDITORIAL
¿Ya se hizo usted el examen del SIDA?
Con la alerta roja del SIDA empieza el nuevo siglo para los panameños. Dos mil doscientos ochenta y dos panameños han muerto a consecuencia de esta inmisericorde enfermedad. El Ministerio de Salud cree que otros 84 mil están infectados con el virus, y muchos ni lo saben. La mayoría de los sidóticos actuales, esos del grupo de los 84 mil, son heterosexuales, es decir, no tienen relaciones con personas de su mismo sexo y, por el contrario, se consideran "personas normales" y, por ello, llevan una vida alegre... pero insegura. Oportuno es recordar las tres máximas para no morir de SIDA: Primero, la abstinencia sexual (nunca "hacer el amor"); segundo, la fidelidad o, lo que es lo mismo, tener una sola pareja; y, tercero, si no soporta ninguna de las ideas anteriores, no irse a la cama ajena sin un condón a la mano. Como los panameños y las panameñas no hacen nada de esto y, por el contrario, se acuestan con uno y con otro sin precaución alguna, el número de enfermos ya va por la escandalosa cifra de 84 mil. Y como nadie sabe que es portador, continúan regando el veneno a diestro y siniestro sin rubor alguno. Lo que pocos saben es que el Estado no tiene dinero para costearle el tratamiento a los enfermos de SIDA. Si toda esa masa de enfermos empieza a mostrar síntomas de un momento a otro, el caos será de tal magnitud que el país podría paralizarse. Y se van a morir sin recibir una sola pastilla de control, porque no habrá de dónde sacar recursos para cuidarlos. Pero la sociedad de consumo sigue propiciando el sexo libre; los "push botton" están a toda hora abarrotados; marido y mujer están siendo infieles uno con el otro, hasta con diez personas distintas, sin usar condón; los jóvenes están teniendo relaciones sexuales en la discoteca, los carros, los busitos colegiales, los parques y en cualquier esquina; no hay respeto por el sexo como Don del Cielo y herramienta para la comunicación entre dos personas que se aman. Así las cosas, los panameños y las panameñas van camino al abismo. Son pocos quienes, sabiendo que tienen conductas sexuales de riesgo, se toman el trabajo de hacerse un examen de SIDA periódicamente. Y peor aún, no cambian de actitud... siguen dándole vueltas a la ruleta rusa de los coitos múltiples (con diferentes parejas) y sin precaución. Por el momento es delicioso, placentero, único. Mañana será fatal vernos morir unos a otros, estragados, con el esqueleto a flor de una piel llena de llagas purulentas, con los ojos saltones, diarreas incontenibles, tos y dolores insoportables. Así será... si no detenemos esta agitada carrera de muerte.
PUNTO CRITICO |
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