TEMAS DE ACTUALIDAD
La interacción pacífica a
través del Estrecho es beneficiosa para la estabilidad y la prosperidad
regional
Wu An-chin
Profesor
Instituto de Estudios sobre China continental
Universidad de Cultura China
En 1949, los comunistas se
hicieron con el control del continente chino por la fuerza. El gobierno
central de la República de China se trasladó a la isla de
Taiwan, desde donde continuó ejerciendo jurisdicción sobre
el área de Taiwan, Penghu, Kinmen y Matsu. Esto tuvo como resultado
la situación política de "una China, dos entidades políticas
iguales", con gentes a ambos lados del Estrecho de Taiwan creciendo
bajo ideologías completamente distintas y con enormes desigualdades
políticas, económicas y sociales, entre uno y otro sistema.
Estas diferencias, unidas a la influencia de la Guerra Fría, dejaron
a ambos lados del Estrecho en un estado de aislamiento y confrontación.
En los años ochenta, Pekín comenzó a concentrar sus
esfuerzos en el desarrollo económico; al mismo tiempo, la república
de China aceleraba sus planes de liberalización económica,
pluralismo social y democracia política. Como consecuencia, el abismo
que existía entre ambos lados fue ensanchándose cada vez más.
El día 2 de noviembre de 1987, basándose en razones morales
y humanitarias, el gobierno de la República de China comenzó
a permtir que sus ciudadanos visitaran a los familiares que residían
en el continente. Esta política puso fin a cerca de cuarenta años
de separación entre ambos lados y marcó el inicio de la interacción
a través del Estrecho. Durante la última década, el
gobierno de la República de China ha hecho todo lo posible con total
sinceridad por mejorar las relaciones a través del Estrecho. Ha establecido
una serie de directrices políticas y una serie de organizaciones,
del tipo del Consejo para la Unificación Nacional, el Consejo para
Asuntos del Continente o la Fundación para los Intercambios a través
del Estrecho para alcanzar un acuerdo con el continente. También
ha promovido relaciones sensatas y equilibradas a través del Estrecho
y ha intensificado los intercambios en el sector privado con bases sólidas
y legales. Es de esperar que estos intercambios sistemáticos y la
apertura de canales de negociación promuevan en el futuro el mutuo
entendimiento entre ambos lados, y que proporcionen soluciones a los variados
problemas surgidos.
Los intercambios en el sector privado entre ambos lados son cada vez
más numerosos. En la actualidad, no obstante, se ha puesto en peligro
la seguridad personal de los ciudadanos de la República de China
que viajan al continente, ya sea por visitas a familiares, por negocios
o por vacaciones. Se han dado innumerables casos de secuestros, encarcelamientos
ilegales, amenazas, chantaje e incluso asesinatos. Además, las autoridades
de Pekín han tratado continuamente de ahogar las maniobras de la
República de China en la esfera internacional. No han querido renunciar
al uso de la fuerza contra Taiwan y han utilizado la visita privada del
presidente de la República de China, Lee Teng-hui, a los Estados
Unidos y las primeras elecciones populares a la presidencia celebradas en
Taiwan como excusas para iniciar una serie de ejercicios militares provocativos.
Tan irracional comportamiento no sólo ha disgustado al pueblo de
Taiwan, sino que además ha desestabilizado a toda la región
de Asia-Pacífico, confirmando la teoría de la "amenaza
china" que habían adelantado los medios de comunicación
occidentales. Una deducción inteligente a partir de las causas subyacentes
al comportamiento irracional de Pekín revelaría la carencia
del continente del sentido del imperio de la ley, su obsesión despótica
por desafiar a la democracia y su estrechez de miras en lo que se refiere
al nacionalismo y a la hegemonía. Aunque algunos de los problemas
existentes probablemente puedan solucionarse por medio de negociaciones,
la mayor parte de ellos requerirán un cambio en el sistema político
de Pekín. Si la comunidad internacional pudiera trabajar firmemente
para favorecer en Pekín el desarrollo del sistema económico
y político, entonces el continente podría poco a poco solucionar
su situación.
Teniendo en cuenta el actual estado de interacción a través
del Estrecho de Taiwan, el principal foco de atención para ambos
lados debería ser el de los diferentes problemas que surgen de los
intercambios. Los aspectos políticos sólo debería ser
tratados cuando sea el momento correcto y se den las condiciones precisas,
ya que son más importantes los derechos y el bienestar de las gentes
a ambos lados del Estrecho. Siguiendo este camino, podemos poco a poco dar
forma a un entendimiento mutuo. En cuanto a las diferencias en lo que al
sistema se refiere. Estas no pueden solucionarse sólo mediante una
política de negociaciones, sino que es necesario que todas las naciones
del mundo trabajen duramente para guiar al continente hacia el sendero de
la democracia, la libertad y la prosperidad equitativa. Si los dos lados
del Estrecho son capaces de coexistir pacíficamente, entonces la
paz, la estabilidad y la prosperidad terminarán por asentarse en
la región de Asia-Pacífico. En resumen, las amenazas militares
de Pekín hacia Taiwan son un azote para el bienestar de la región.
Sólo cuando Pekín sea capaz de renunciar al uso de la fuerza
militar contra Taiwan, la paz y la estabilidad podrán asentarse a
largo plazo en el Estrecho y en toda la región. Actualmente, todo
el armamento que posee la República de China está destinado
a la autodefensa, mientras que el de Pekín tiene como objetivo principal
el ataque. De nuevo, el único camino para aliviar la tensión
que actualmente se vive en el Estrecho de Taiwan consiste en que Pekín
abandone su política militarista. Mientras no lo haga, la incertidumbre
continuará dominando las relaciones a través del Estrecho,
y la estabilidad de toda la región no será más que
una quimera.

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Periodistas de Crítica y La Hora cuando la vida les sonreía. |


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