Dos obispos dominicanos defendieron ayer el papel de la Iglesia católica en el denunciado caso de la supuesta violación a niños en un albergue que era dirigido por dos diáconos.
Gregorio Peña, obispo de La Altagracia, donde funcionaba el albergue; y Ramón de la Rosa, ex obispo, afirmaron que fue la Iglesia la que denunció a los supuestos violadores.