La naturaleza una vez más nos hace recapacitar. Los fuertes aguaceros registrados en los últimos días provocó que dos tuberías obstruidas ubicadas debajo de la vía Boyd Roosevelt, en Chilibre, hicieran erosionar la mitad de una de las vías más importantes del país.
Nada dura para siempre. Al parecer los tubos de metal, que fueron colocados hace más de 20 años, se encontraban tapados con tierra y basura y no se le habían dado el debido mantenimiento, situación que mantiene el tráfico lento e inseguro para todos los autos. A los camiones pesados y buses se les ha prohibido el paso por esta vía que mantiene un paño abierto. Ellos están obligados a tomar vías alternas por el sector de Gamboa y el Corredor Norte.
¿Qué se debe hacer? Las autoridades deben evaluar la magnitud del daño que sin duda afectará el movimiento comercial de la carga que va y viene de la ciudad Atlántica. Hay que revisar las alternativas en material vial. Una vez hecho el análisis, habría que negociar con la empresa administradora del Corredor Norte para hacer ajustes en el peaje. Lo cierto es que no se puede permitir que, por un daño fortuito, el panameño tenga B/.2.20 para tomar este tramo del Corredor.
Las reparaciones en el vía afectada, cercana a la comunidad de El Pedernal, pueden demorar meses y, afortunadamente en poco tiempo entraremos en la estación seca, lo cual permitirá agilizar los trabajos.
El Ministerio de Obras Públicas, aunque parezca que le han salido todas las plagas, debe tomar acción de inmediato, tal como lo ha demostrado con los otros incidentes registrados en al área Este de la provincia e Panamá.
En esta ocasión, es importante reiterar que la empresa privada debe redefinir, aunque sea de manera temporal, el costo que tendrán que pagar los panameños para llegar a su casa.