La policía holandesa irrumpió en un apartamento en La Haya y detuvo a dos personas poniendo fin a una crisis de 14 horas que comenzó cuando los sospechosos hirieron a tres agentes lanzándoles una granada de mano.
Unos 200 policías armados mantuvieron durante todo el día rodeado el edificio, situado en un barrio pobre de La Haya, en el que casi la mitad de la población es de inmigrantes. Al caer la tarde se escucharon todavía algunos disparos.
El asalto se produjo en el marco de una espiral de violencia tras el asesinato del polémico cineasta holandés Theo van Gogh. Las autoridades no quisieron decir si la operación estaba relacionada con la muerte la semana pasada de Van Gogh a manos de un extremista islámico, crimen que desencadenó aparentes ataques de represalia contra iglesias y mezquitas.