El líder palestino, Yasser Arafat, está vivo pero en un coma "cada vez más profundo" y su suerte está "en manos de Dios", dijo el ministro palestino de Exteriores, Nabil Shaat, en una rueda de prensa en París.
Shaat, que es uno de los responsables palestinos que acudieron a visitarlo al hospital militar de Percy, cerca de París, señaló que Arafat está "muy mal", pero "su corazón, su cerebro y sus pulmones funcionan todavía" y "está con vida".
El ministro descartó toda eutanasia para el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), de 75 años, y dijo que "morirá o vivirá" en función de su capacidad de resistir y la voluntad divina.
"Los musulmanes no aceptamos la eutanasia", agregó, al señalar que esa es una posibilidad que no se han planteado "ni los médicos ni la familia", menos aún dado que Arafat no sufre, recalcó.
Shaat explicó que "no disponemos por ahora de una comprensión global de las razones de su deterioro" ni de "un diagnóstico completo".
Los médicos han descartado que sufra "un tumor o un cáncer" así como que haya sido objeto de "un envenenamiento", agregó Shaat.
"Sólo se barajan hipótesis y los médicos se inclinan" como causa de su enfermedad, "por su edad, 75 años" y "la deplorable situación en la que ha vivido en los últimos años, asediado por Israel", dijo.
Según el jefe de la diplomacia palestina, Arafat sufre "una inflamación de estómago e intestinos", lo que le ha mantenido "sin alimentación durante un largo periodo".
Tras evocar los problemas sanguíneos del líder palestino, indicó que persiste el temor a hemorragias.
Las declaraciones de Shaat se producen después de informaciones contradictorias sobre la salud de Arafat.