Tras la muerte del presidente de la Autoridad Autónoma Palestina (ANP), Yasser Arafat, la dirigencia de los palestinos se preparan para una lucha de sucesión, pero sobre todo, el control de la multimillonaria herencia del "raís" (líder, en árabe).
La denuncia de la esposa del dirigente palestino, Suha Arafat, de que los nuevos jefes de la ANP buscaban "enterrarle vivo", atizó la división en este pueblo árabe.
Según expertos financieros del Fondo Monetario Internacional, entrevistados por la cadena estadounidense Fox News, Suha trata de apoderarse del dinero donado por agencias árabes saudíes de caridad, para paliar el dolor de cuatro millones de palestinos bajo la ocupación israelí en Gaza y Cisjordania, que ocurrió en 1967.
Se estima que entre 1968 hasta 2004, los países árabes y musulmanes han donado más de 10,000 millones de dólares a la causa palestina.
Yawid al-Gusein, un ex ministro de finanzas de la OLP, dijo que la fortuna oscilaba entre 3,000 y 5,000 millones de dólares en 1996, cuando él renunció a su cargo.