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La frase ha sido atribuida a diferentes personas desde nacionales hasta extranjeros. Confieso desconocer su originalidad, para el momento no es lo relevante. Importa su fuerza de sentencia.
El año 1990 fue una etapa brillante para el Partido Demócrata Cristiano. Había abanderado la lucha contra el régimen dictatorial y buena parte del país le correspondió emitiendo una significativa cantidad de votos en las urnas en las elecciones del año 89. Realmente fue grandioso.
Se asumieron posiciones excluyentes y sectarias. Copartidarios de base y lideres medios tocaron puertas de oficinas públicas que nunca se abrieron, y entonces, apareció la desesperación y con ella, los altos niveles de frustración y hasta deserción.
El final es harto conocido. El PDC sale del gobierno nacional y esto trajo como consecuencia inmediata, el resquebrajamiento de la mayor bancada legislativa para entonces, dándole paso a los denominados "chocolates".
En los años subsiguientes, una nueva generación política reparó parte de los daños causados y poco a poco, le devolvieron le beligerancia histórica del colectivo. Los otrora dirigentes se desplazaron a sus negocios particulares y al partido lo cargó un nuevo liderazgo.
Hoy, para ser objetivo, la nueva expresión política del PDC, el Partido Popular , vuelve a tener grato olor a poder, a través de la alianza con el PRD. Entonces ocurre lo inesperado o tal vez lo calculado. Retoma el control la dirigencia de los '90 y lo peor, se implementa el manual operativo de aquella época, la exclusión y el sectarismo, eso si, aplicándole sus dosis de retoques, entre ellos, la intolerancia a la diversidad de opiniones.
Es muy probable que las reacciones "intolerantes" por la presente columna de opinión sean desproporcionadas con respecto al propósito de la misma. Lastimosamente, los espacios de análisis, discusión, debate y aportes a lo interno, cada día son más reducidos. Y también es muy probable, que haya quienes crean que la membresía, la población en general incluyendo los propios aliados electorales, no entienden o perciben la situación actual del PP, pero puedo asegurarles que están totalmente equivocados, pues en nuestro pequeño país todo es perfectamente conocido, para muestra un botón: remítanse a los sondeos de opinión. |
