Cuando Yao pronunciaba un discurso en el que advertía que las bases para la represión del narcotráfico que Panamá instalará en islas del Pacífico y Atlántico serían una plataforma logística para que Estados Unidos pueda desestabilizar Gobiernos de Sudamérica, Varela reclamó respeto y lo acusó de tergiversar la historia matizándola con ribetes políticos, en el marco de un acto que no era el escenario adecuado.
Yao, tampoco, guardó silencio y pidió al vicepresidente que lo respetara y no interrumpiera su discurso.
Por su parte, el ministro de Gobierno y Justicia, José Raúl Mulino, dijo estar alegre por el parón de Varela a "izquierdistas solapados que no desaprovechan oportunidad para decir su verdad a su manera y a su conveniencia".
Mientras, el mandatario Ricardo Martinelli, quien se mantuvo imperturbable durante el incidente, manifestó que Yao sabe de historia lo que él sabe de "astronauta" y lamentó que se recurra a la politiquería barata en un acto en memoria de los próceres.
Julio Yao lamentó que el Canciller perdiera la compostura y que tejiese la absurda teoría de que su discurso era un complot del Partido Revolucionario Democrático.