Llegar a la vejez es un proceso muy difícil, tanto para el adulto mayor como para las personas que lo rodean. Esto se debe a que en esta etapa de la vida el organismo sufre varios cambios, que lo llevan, en muchas ocasiones, a padecer diversas enfermedades que los aislan del diario vivir.
Una de las enfermedades más frecuentes entre los ancianos es la depresión y la demencia. Estas dos molestias son siempre confundidas por las personas debido a que sus síntomas, en la etapa inicial, tienen ciertas similitudes. Hay que tener claro las diferencias de cada una para poder darle una buena atención al adulto mayor.
La depresión, usualmente, se manifiesta en forma abrupta, y quienes la sufren se quejan de pérdida de la memoria, en tanto que las personas que padecen demencia le restan importancia a la ausencia de recuerdos. Sin embargo, es preciso no olvidar que quienes padecen esta última tienen predisposición a presentar cuadros depresivos.
DEPRESION
Las causas que habitualmente se asocian con la depresión se vuelven frecuentes conforme se envejece, debido a que las personas dejan de trabajar, disponen de menos dinero, las enfermedades los agobian y pierden a su pareja, o a alguien cercano, lo cual los lleva a sentirse solos e inútiles. Este estado se manifiesta mediante los siguientes síntomas:
- Sentimiento de tristeza o desánimo intenso que se prolonga durante semanas y puede durar años.
- Pérdida de interés e incapacidad para disfrutar de las cosas que generalmente proporcionan placer o satisfacción.
- Fatiga excesiva.
- Aumento o disminución del apetito.
- Inquietud e irritabilidad.
- Aislamiento.
- Dificultad para dormir.
- Falta de confianza en sí mismo.
- Sentimiento de culpa.
- Pensamientos suicidas.
DEMENCIA
La más frecuente es la enfermedad de Alzheimer, la cual llega a ser ocasionada por cambios en la estructura del cerebro, mismos que pueden presentarse debido a herencia genética, desajuste de las sustancias químicas de dicho órgano o por causas desconocidas; se desarrolla de manera progresiva. Otra demencia bastante común es la denominada multiinfarto, la cual se genera cuando se sufren problemas de irrigación sanguínea en el cerebro de manera constante. Los síntomas de ambas incluyen:
- Incapacidad para aprender nueva información y recordar hechos del pasado.
- Desajuste del criterio.
- Trastornos en la capacidad de hablar, llevar a cabo las actividades motoras o reconocer objetos.
- Cambio de personalidad.
- Incapacidad para trabajar y realizar actividades cotidianas.