Se acerca un periodista de radio a un grupo de estudiantes de secundaria, reunido en medio de una parada en San Miguelito. Viene la pregunta necia: ¿Sabes que se celebran los días 3, 4 y 5 de noviembre en Panamá? Muchos contestan de forma puntual y correcta, pero otros se enredan entre los cables mentales.
La fecha más problemática es el 5 de noviembre, cuando en 1903 los próceres, una componenda entre los moradores de Colón y los administradores norteamericanos del ferrocarril transístmico impiden el traslado de centenares de militares colombianos hacia la Ciudad de Panamá, para sofocar el levantamiento separatista.
Es quizás este acto es más importante de la historia patria, pues allí se consolida la fundación de nuestra nación que hoy cumple 106 años de majestad republicana. Que nuestra juventud no sepa responder correctamente las razones de esta fecha es un dilema que demuestra las graves deficiencias de los educadores panameños para inculcar en la juventud la verdad sobre nuestra independencia.
No es un secreto que la historia panameña ha sido matizada por el intervencionismo extranjero norteamericano en todo el Siglo XX y parte de la centuria presente, que los especialistas narran en textos escolares lo que ellos les parece conveniente mencionar. De allí que el morbo haya creado la sensación que los Próceres de la Independencia de 1903 fueron meramente seguidores de Estados Unidos, o que nuestra nación se fundó porque al Presidente gringo Teodore Roosevelt solo le interesada construir el Canal Interoceánico por el corazón del Istmo.
La verdad de nuestra separación se nota a leguas. Los Próceres de 1903 aprovecharon la coyuntura histórica. Colombia estaba desgastada tras la Guerra de los Mil Días. Los norteamericanos querían un canal para conectar sus flotas navales del Atlántico y el Pacífico, además de tener una ruta para acelerar el desarrollo de la Costa Oeste (California y Oregon). Y como los separatistas panameños pertenecían a la tradicional burguesía comercial istmeña (todavía hoy vigente), la separación de Colombia resultaba en una forma de crear una nueva nación con provechoso futuro en el ámbito global.
Pero también los Próceres querían emular los movimientos independentistas que desde 1821 demostraron la voluntad política y la conciencia nacionalista del pueblo panameño. Los fundadores de nuestro país en 1903 tenían valores patrióticos claros y es por ellos que hoy el Istmo surgió como un pujante Estado abierto al comercio internacional.
Tal como lo señalaba hace poco la Ministra de Educación, Lucy Molinar, urge crear una compilación única que, en un solo documento, se revele la reseña histórica de la Patria, sin influencias de intereses familiares o políticos. Es necesario tener un conjunto de libros escolares que revelen a nuestros jóvenes la verdad de nuestra separación de 1903, algo que es importante para forjar profesionales con amplia capacidad sobre la responsabilidad de ser ciudadanos de un país que surgió hace más de una centuria.
Hoy que celebramos la creación de la República de Panamá, vale la pena hablar a nuestros hijos sobre las tradiciones, los valores patrióticos y cívicos. Expliquemos a la juventud los grandes eventos históricos que hicieron consolidar a este país, en medio de Las Américas y que es conexión entre los océanos.