Nosotros somos una nación orgullosa y que nada debe humillarnos por la forma en que obtuvimos la necesaria separación de la hermana república de Colombia el 3 de noviembre de 1903. El más lego sabe que los gringos necesitaban un canal interoceánico y nosotros un negocio parecido. Por lo que después de 105 años, debemos comenzar a contar nuestra historia con la verdad y evitar que los estudiantes adolescentes, aparentemente mal informados quemen, lancen piedras e insulten a cuanto distintivo o señal, les recuerde a los Yankees.
A Victoriano Lorenzo lo fusilaron un 15 de mayo de 1903, con la componenda millonada por Panamá, que muchos suponemos. No habían pasado dos meses cuando 25 gringos con cargos importantes junto a panameños y colombianos de negocios, se reunieron el 20 de julio de 1903 a llamado de Mister Hezckiach Gudger, cónsul de los EE.UU. El objetivo de la reunión en el barrio de las Sabanas, fue para transmitir el respaldo absoluto del imperio sin temores, pues todos los cabos estaban amarrados para la separación del 3, tanto allá como acá.
El miedo que reinaba en la ciudad de Panamá de aquellos momentos era real, no todos los colombianos del ejército conservador estaban enterados del negocio, ni les había tocado "mocha". El pánico era tal, que a un poeta como León A. Soto lo mataron a palos y un destacado panameño de la conjura revolucionaria, tuvo que esconderse en los rastrojos de su finca.
Los muchachos de hoy, no deben comer cuento, mejor que coman carne y fijarse que, para 1903, el judío Carlos Marx, ni el Ché estaban aquí. El israelita Carlos Marx murió a los 64 años por un forúnculo (un "nacío"), que le salió en una de las nalgas. Y, los que manejan en las sombras a los pelaos que tiran piedras, documentaron su violencia luego de 1917, con el triunfo bolchevique, que ha resultado un verdadero fiasco político para la humanidad y cometido crímenes peores que las hambrunas que cabalgan con el "porco" capitalismo crudo e insensible.