EDITORIAL
Mariano Rivera
Pocas veces Panamá tiene la oportunidad de regocijarse con buenas noticias. La designación del lanzador Mariano Rivera como el Jugador Más Valioso de la recién finalizada Serie Mundial de béisbol, representa uno de esos momentos. El país vibró de emoción antenoche cuando el humilde muchacho de Puerto Caimito salió al montículo para cerrar con broche de oro el triunfo de los Yankees de Nueva York sobre los Bravos de Atlanta. Los panameños, en su mayoría sumidos en sus problemas económicos, olvidaron momentáneamente esas dificultades para disfrutar una victoria que de alguna forma representa el triunfo del país. El corazón de los fanáticos y los neófitos en el béisbol, volvió a emocionarse, tal como ocurrió cuando Roberto Durán e Ismael Laguna obtuvieron sus títulos mundiales. Mariano Rivera es un ejemplo digno que la juventud debe imitar. Dejó las redes de pescador en su amado terruño chorrerano para probar suerte y con perseverancia, disciplina y responsabilidad saborea el triunfo y coloca en alto el nombre de Panamá. El cerrador estrella de los Yankees merece todos los reconocimientos de las autoridades. Se debe organizar un recibimiento acorde con su hazaña deportiva, resaltando el buen ejemplo que representa para una juventud escasa de valores y que pierde el tiempo escuchando música estridente del reggae. El deporte aleja a los jóvenes del perverso mundo de las drogas y si el atleta tiene talento puede percibir ingresos, tal como sucede con Mariano Rivera. El desempeño de Mariano Rivera es el mejor homenaje que el talentoso derecho puede brindarle a Panamá, cuando ésta se prepara a celebrar las fiestas patrias.
PUNTO CRITICO |
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