Mariano Rivera un tesoro histórico para los Yankees

Nueva York
AP
Mariano Rivera se llevó un premio que atesorará toda su vida en la última serie mundial del siglo: fue designado el jugador más valioso en una de las novenas más fuertes de la historia. Por segundo año consecutivo, el panameño le dio el golpe de gracia al rival de los Yanquis el miércoles y terminó la serie con los Bravos con dos rescates y una victoria. "Me siento muy complacido. Es una gran emoción ser parte de esto. Hice el último lanzamiento y saqué el último out. Es una sensación hermosa", declaró Rivera. Los Yanquis no podrían haber tenido alguien más apropiado para esa situación. "Es el mejor taponero que vi en mi vida", aseguró el catcher Joe Girardi. Las estadísticas le dan la razón. Rivera se apuntó un rescate en el primer juego, sacando los cuatro últimos out en un partido que los Yanquis ganaron 4-1. Fue el pitcher ganador del tercer juego, en el que lanzó dos entradas y los Yanquis se impusieron 6-5.Y el miércoles entró en la octava con las carreras del empate en las bases y retiró a Chipper Jones con una rola que puso fin a la amenaza. El noveno episodio un paseo. Al terminar todo, Rivera había dado más lustre a sus impresionantes estadísticas de postemporada. En ocho presentaciones de postemporada este año, el panameño se apuntó dos triunfos y seis rescates. No ha permitido anotaciones en las últimas 25 entradas y dos tercios que tiró en la postemporada, lapso en el que se apuntó dos triunfos y 12 rescates. Su promedio de carreras limpias de 0.36 (permitió dos carreras en 47 innings y un tercio) es el más bajo de la historia para pitchers que lanzaron por lo menos 30 innings en la postemporada. Lleva 12 entradas y un tercio sin permitir anotaciones en sus últimos ocho partidos de serie mundial, empezando con el tercero de la serie de 1996. Esa noche los Yanquis vencieron a Atlanta e iniciaron una racha de 12 triunfos seguidos en la serie mundial. "Me encanta el reto. Me encanta estar en esa situación. Me motiva, supongo. Cuando uno está allí, se le pone la piel de gallina", afirmó Rivera. El panameño resultó igualmente dominante durante la temporada regular, que concluyó con marca de 4-3 y efectividad de 1.83. Salió airoso en 45 de 49 ocasiones de rescate y terminó la temporada con 30 entradas y dos tercios sin permitir carreras. Salió adelante en las últimas 22 oportunidades de rescate. La última carrera que concedió fue el 16 de julio, hace más de tres meses, ante Atlanta precisamente, en un juego interligas. Rivera tuvo un papel secundario en la serie mundial de 1996, preparándole el terreno para el taponero de entonces John Wetteland, quien se apuntó rescates en las cuatro victorias yanquis y fue el más valioso de la serie. "John fue mi maestro", expresó Rivera. "Nos sentábamos juntos y hablábamos de béisbol. Aprendí mucho de él y sé que él aprendió de mí también". Cuando Wetteland firmó con Texas como agente libre, Rivera heredó el puesto y tuvo que adaptarse a su nueva función. "Cuando uno es relevista intermedio, sabe que tiene alguien que viene detrás suyo. Cuando es taponero, no tiene a nadie. Es duro'', señaló. "El relevista intermedio tiene donde caer, el taponero no", agregó.
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