Las mañanas pueden ser calurosas o lluviosas, pero la vida de un preso o prisionera siempre es tediosa.
Pareciera que cada amanecer y anochecer son eternos. "Pepe", un reo, contó que los despertares son lentos para él, pero más tedioso son los días que se hacen largos, durante los cuales tiene que velar por su vida y por su espacio en la celda que le asignaron.
Allí hay que demostrar que de verdad se es fuerte, pues sólo sobrevive el más "teso". Aparentemente, la mafia allá dentro es más fuerte que la de afuera, pues desde allí se maneja información y se controla hasta un mercado.
En los centros penitenciarios istmeños, la mayor parte de los presos tiene su suerte definida por una especie de lotería o ruleta rusa.
Muchos detenidos tienen casos pendientes con el tráfico de narcóticos. Algunos de ellos fueron "mulas".
Los arrestados por narcotráfico o delitos relacionados con la salud pública, son en su mayor parte extranjeros, colombianos.
Sus procesos se adelantan en la Fiscalía Primera de Drogas o Segunda, a cargo de Rosendo Miranda y Patricio Candanedo.
El procesado por narcotráfico tiene mala fama, por su incursión en el mundo de los alucinógenos, mensajeros de la muerte.