Un día la mujer de Yepeto se fue a trabajar como lo hace todos los días. Su esposo se había quedado en casa porque está con esa "rompe huesos" que mata a medio mundo. El hombre no se podía mover porque estaba "cogí'o" en fiebre.
Resulta que cuando Laura se fue a almorzar no esperó el elevador. Bajó por las escaleras desde el quinto piso hasta el primero. Antes de bajar completamente se dislocó el tobillo, por lo que tuvo que ser llevada a medicina para atención. Este accidente adelantó su hora de salida. Por recomendación médica, tuvo que retirarse temprano y debía permanecer en reposo por siete días. Sin llamar a su esposo, se fue a casa bien temprano y algo ocurrió. Vio a Yepeto acaramela'o con Simona, la empleada del patroncito en la misma cama.
El susto le eliminó el dolor a Yepeto y la rabia le borró la molestia del tobillo a Laura, quien se enfureció de tal manera que más nunca volvió a saber de su esposo desde aquel día.
Este fue un caso de la vida real. Cambiamos los nombres por razones obvias, pero el asunto es que muchos sujetos en este país se van a la cama con sus empleadas y tal vez, amigo lector, usted lo haya pensado alguna vez.
El panameño, no todos, pero la gran mayoría, acude a las fiesta cuando no se le invita. Esto quiere decir que va tocando más rápido que el cariño para atrapar a su presa en el momento más apropiado.
Es lamentable cómo gran cantidad de hogares se desintegran solo porque la cabeza de la familia le entró el queso con la cholita, la chica del monte que vino a la ciudad para buscar una mejor forma de vida para ayudar a sus familiares.
Si usted como mujer ha sido víctima de esta situación no deje de luchar por su dignidad. No hay excusas para que alguien hago esto en su propia casa.