CRITICA EN LINEA 

 

S E C C I O N E S

EPASA EN LINEA

PANAMA AMERICA

DIAaDIA EN LINEA

REVISTA SIETE!


primera plana

portada

al cierre

nacional

política

opinión

el pueblo habla

provincias

deportes

el mundo

viva

contacto

sociales

sucesos

 

CRITICA
 
LA ESQUINITA
  OPINIÓN


Asabiyah

Enrique A. de Obarrio | Abogado

Hace apenas algo más de cien años, y en los albores de la era de la electricidad, la máquina voladora de los hermanos Wright lograba mantenerse en el aire por casi un minuto. Sólo fueron necesarios 66 años, para que el astronauta Neil Amstrong posara sus pies sobre la Luna.

La ciencia experimenta un desarrollo exponencial, y sus efectos sobre la sociedad y la economía aún están por predecirse. La electrónica, la informática, la genética molecular, las comunicaciones inalámbricas y satelitales, la robótica, en fin, la tecnología aplicada revoluciona el mundo.

Muchos hemos hablado de la difusión planetaria de los valores éticos y estéticos comprendidos en una nueva especie de religión que adora la tecnología. Los microchips, la Internet, CD-ROM, la informática, han desactualizado el mandato bíblico de "ganarás el pan con el sudor de tu frente". Ahora, demandamos de un ser más inspirado que transpirado.

Sobre todo los jóvenes, aún confían en la tecnología y la ciencia para hacer del mundo un algo más habitable. Los que así piensan, esperan que las lacras sociales de la pobreza, analfabetismo, desempleo, delincuencia, prostitución, corrupción, estén por ceder ante el avance tecnológico, y para un mundo más feliz.

Sin embargo, el Hombre ha mostrado durante siglos responsabilidad limitada en el respeto a su propia raza y al mismo planeta.

La eterna disparidad entre la tecnología y la ética, no solamente es preocupante hoy día, si no, más peligrosa que nunca para el futuro de la humanidad. Tampoco la política ha salido mejor parada: Políticos sin escrúpulos, con sus viejas taras de intolerancia y autoritarismo, no dudan en poner los avances científicos a favor de sus mañas.

Resulta doloroso que nosotros, los humanos, estemos signados por el sino de la maldad. Mientras más recursos tecnológicos acumula el Hombre, más eficaz en destruir resulta.

Y si antes fue el hacha de pedernal, ahora, por una antológica debilidad de designios éticos, la tecnología ha sido puesta a servir a la destrucción masiva y la muerte. Las armas atómicas, bacteriológicas, químicas, producto de la tecnología de punta que hace el matar una tarea mucho más productiva.



OTROS TITULARES

Monumento a Remón

Sin embargo, le tiro la bola a otros

Panamá frente al autoritarismo

Los crímenes

Asabiyah

Estoy cansada de ser fugitiva

Subsidio electoral

 


 

  





linea
linea gris
 

   copyright © 1995-2007, CRITICA EN LINEA
todos los derechos reservados