A falta de 13 días para que inicie en el Estadio Nacional Rodney Carew el triangular eliminatorio rumbo a las Olimpiadas de Beijing 2008, el panorama que se observa por los alrededores del preseleccionado sub-23 con miras a la competencia es muy poco alentador.
En el ambiente, más que optimismo, lo que se respira es cierto grado de preocupación, y así lo han reconocido, incluso, tanto el cuerpo técnico como los propios jugadores.
Ambas partes admitieron esta semana su preocupación por el desempeño que tuvo el equipo en los partidos amistosos frente a Nicaragua y Costa Rica en días pasados.
Asimismo, se mostraron conscientes de que el factor tiempo está en su contra y tendrán que esforzarse mucho si aspiran lograr el objetivo trazado.
Paralelamente, el seleccionador Guimaraes procede a realizar un llamado a última hora que más pareciera "emergente", cuando convoca al guardameta aliancista Gilmar Torres.
Esta situación, aunada al hecho de que un día antes del llamado el entrenador había manifestado que a estas alturas no convocaría a nadie que no estaba en el grupo, pone más al descubierto el dudoso nivel en el que anda el grupo preolímpico, sobre todo, porque tampoco se reportó ningún lesionado.
A todo esto me pregunto.. ¿Tendrá Gilmar el tiempo suficiente para adaptarse al equipo, mostrarse y rendir lo que esperan de él?
El próximo 30 de octubre, el combinado tricolor realizará su último examen frente a su similar de Guatemala en el Estadio Armando Dely Valdés de Colón. Definitivamente que lo que allí suceda será determinante para las decisiones que después asuma el seleccionador y para lo que pueda hacer el equipo en sus compromisos ante El Salvador y Honduras el 7 y 11 de noviembre próximo.